El joven Matt Bentley se encontraba dando un paseo en las afueras de Utah, en el desierto, cuando de repente se encontró con algo que al principio lo alarmó: un gran animal sin nada de pelo. Se acercó lentamente para ver qué era, y se dio cuenta de que se trataba de una perrita que había perdido todo su pelaje.
La pobre chica tenía graves quemaduras de sol, estaba cubierta de costras y extremadamente delgada.
Se aferraba a la vida, pero estaba pendiendo de un hilo. La debilidad de su cuerpo casi no le permitía seguir dando pasos; además, cada paso le dolía mucho. Matt la llamó haciendo gestos y afortunadamente se acercó a él sin problema.
«Probablemente, llevaba mucho tiempo allí afuera, se encontraba a millas de distancia de cualquier ser humano. Estaba muy lejos de la civilización», dijo Matt.
Desesperada por recibir ayuda, la chica estuvo más que dispuesta a saltar hacia el auto de Matt, pero a pesar de encontrarse ya a salvo, no paraba de temblar e intentar rascarse la piel inflamada.
¡Pobre chica, seguro el dolor en la piel era insoportable! Es casi un milagro que Matt la haya encontrado.
La acercó rápidamente al hospital para animales más cercano a la zona, y desde el establecimiento se pusieron en contacto con Utah Animal Adoption Center, quienes ofrecieron encargarse de sus cuidados.
La gerente, Lila Oulson, no podía creer que la perrita estuviese en esas condiciones…
Aseguró que jamás había visto algo así.
«Yo estaba en shock. Nunca había visto a un perro en esas condiciones. La parte de abajo de sus patas estaba tan roja e irritada que cada paso que daba se notaba su sufrimiento. Le picaba todo, tanto así que solo se sentaba a llorar del dolor», comentó Lila.
Le pusieron Kelly de nombre, que significa «guerrera» en Gaélico. Nadie sabe de dónde vino, o si tenía un dueño que la abandonó allí.
Se estima que tiene entre 7 y 10 años de edad. «Es una luchadora, estar viva es la prueba de ello. No sé cómo sobrevivió, por las condiciones en las que la encontraron podría calcularse que llevaba unos tres meses en el desierto«, continuó Lila.
Ahora Kelly está recibiendo antibióticos que la ayudan a prevenir las infecciones, y ya se ve un poco más aliviada. Sus uñas extra largas finalmente pudieron cortarse y Lila espera que, avanzando los días, la chica pueda darse un baño para calmar la irritación de la piel.
«En dos o tres semanas los ácaros se habrán ido y le empezará a crecer el pelo. Hasta ahora no tenemos idea de su raza».
Una vez que esté saludable, la podrán poner en adopción. «Es una chica muy dulce, solo quiere compartir con alguien. Ahora está aislada porque sus ácaros son contagiosos, pero nos ponemos la ropa adecuada y le hacemos compañía casi siempre. Los perros son resilientes, inclusive cuando son heridos por los humanos. Kelly es prueba de ello», dijo Lila.
Esperamos que esta chica pronto se recupere y sea adoptada por personas maravillosas que le den el amor que tanto merece. Te invitamos a compartir su historia con tus amigos.