Los perritos especiales son por mucho esos seres de luz que necesitan tener alguien a su lado dispuestos a amarlos y respetarlos por sobre todas las cosas. Ellos, a diferencia de cualquier otro perrito, requieren un poco de atención extra.
Stevie es uno de esos peluditos especiales que desde que fue adoptado conquistó por completo el corazón de su nueva familia.
Sin importar el momento, Stevie siempre querrá salir a jugar y empaparse de lodo.
Su entrada a la casa fue magistral, llena de alegría y mucha inocencia, Stevie descubrió un gran charco en el patio trasero y pensó que sería buena idea chapotear. Solo bastó que su nueva familia lo viera saltando de alegría para confirmar que habían hecho la mejor elección.
Stevie puede pasar todo el día saltando de un charco a otro.
Jane Cornelius su madre, comenta que desde el primer día que saltó en el charco no lo ha dejado de hacerlo. Al respecto dice:
«Teníamos un gran charco en el patio trasero, mientras Stevie exploraba la casa lo descubrió finalmente lo encontró y se volvió loco. Estaba chapoteando muy emocionado. Así que eso fue todo. Le di un baño el primer día y nunca se fue”.
Desde entonces, este adorable peludito parece ser el canino más feliz del mundo. A pesar de tener una compleja enfermedad siempre tiene una actitud positiva, dispuesto a sacarle una sonrisa a todo el que lo rodea.
Stevie padece de hipoplasia cerebelosa, una condición neurológica en cual el cerebro no se desarrolla por completo o es más pequeño de lo normal, esto hace que muchos de sus movimientos y acciones sean más desafiantes en relación a otros perritos.
Sus familiares no lo ven como un perrito especial, sino como un peludito extraordinario.
Sin embargo, su condición no limita en lo absoluto que pueda disfrutar de todo lo que le causa placer.
Aunque para la mayoría de los perritos resulte más atractivo tener un juguete o correr libremente por el parque, para Stevie saltar en charcos es su acción favorita, más que cualquier otra cosa en el mundo. Cornelius comenta:
«Stevie es solo Stevie. No creo que sea algo diferente. Sin embargo, él sabe cómo resolver problemas y adaptarse para poder hacer lo que quiere cuando es un desafío”.
Para este adorable perrito los charcos se han convertido en una especie de obsesión, una invitación directa donde no puede evitar danzar de alegría.
«Cuando tengamos una primera lluvia, él saltará todos los días mientras el charco este ahí. Entonces, dependiendo de cuánto llueva y cuánto tiempo estén allí, a veces saltará por uno o dos días antes de volver a entrar a casa”.
Para sus dueños es realmente satisfactorio ver a su amada mascota chapotear sin importarle más nada en el mundo. Stevie no solo es feliz sino que le brinda felicidad a sus personas favoritas.
A pesar de tener que enfrentar algunos desafíos en su vida no ha dejado que sean una barrera para disfrutar de las cosas que realmente ama. Gracias por demostrarnos que para ser feliz no necesitamos de mucho. Hagamos posible que más personas conozcan a este adorable perrito y comparte la historia en tus redes.