Perrito callejero anciano al que le removieron ambos ojitos, por fin encuentra el amor

Nada duele más que ver a un perrito anciano discapacitado y solo ante la vida. Parece que una segunda oportunidad para la mayoría de ellos no es opción. A pesar de los años que donaron de amor y felicidad cuando estuvieron sanos y jóvenes.

Un perrito beagle mayor ha encontrado una segunda oportunidad después de que le extirparan ambos ojos.

perrito

Rusty vive en Pittsburgh, tenía luxación posterior de la lente, una afección que significa que los ligamentos de soporte se debilitan o se rompen, lo que hace que caiga hacia atrás el ojo.

Con sus ojos comenzando a hincharse dolorosamente, Rusty se sometió a una cirugía de doble enucleación el 4 de octubre en el Humane Animal Rescue de Pittsburgh (HARP), dejándolo sin globos oculares y con los párpados cosidos.

Perrito anciano

«Pensamos que era mejor realizar esta cirugía antes de que Rusty estuviera disponible para su adopción, para que los posibles adoptantes no estuvieran preocupados por tener que enfrentarse a esta cirugía en el futuro», dijo Michele Frennier. Director de marketing de HARP.

Dado que ahora Rusty era un perro enfermo, ciego y mayor de 9 años, en la asociación estaban preocupados por su futuro. Dudaban si encontraría una familia que le diera un hogar para siempre.

Pero todo perro tiene un ángel guardián y en su caso varios. Llegaron para protegerlo y amarlo Darrell Chulack y su familia. Hubo una conexión inmediata.

«Mi hija Kristen había visto a Rusty en Facebook y seguía diciéndome que lo adoptara. Fui a la Sociedad Protectora de Animales después de dos semanas de que ella me regañara y visité a Rusty. Él se acercó y comenzó a lamerme los dedos y meneaba la cola. Él en realidad derritió mi corazón «, dijo Chulack a Newsweek .

Darrel, escuchó un llamado silencioso de auxilio desde el corazón del desvalido animal. Cuenta que al verlo por primera vez se le llenaron los ojos de lágrimas. Se arrojó al suelo y acostó junto al perrito anciano durante 15 minutos y él nunca se apartó de su lado.

«La razón por la que adopté a Rusty fue que ya tenía suficiente dolor y pena en su vida. Rusty era un perro mayor con una discapacidad y mi corazón no me dejaba dejarlo allí, así que lo adopté allí mismo. Mi familia y yo le dimos a Rusty un nueva vida «.

En su condición Rusty no tuvo éxito al ser adoptado previamente. Llegó al HARP a través del programa Operation Petsburgh, que canaliza animales en riesgo desde áreas donde los recursos y la atención médica son limitados.

Rusty provenía de Humane Society of Parkersburg. Había sido rescatado de las inhóspitas calles. El personal lo adoraba, pero observaron que el público no tenía interés en adoptarlo.

En la asociación, sabían que podría tener una mejor oportunidad de encontrar una nueva familia a través de HARP. Y aunque hubo algunas preocupaciones acerca de su traslado Rusty lo hizo muy bien

Como es un perrito anciano y ciego, no se sabía si toleraría el viaje y estar en un ambiente desconocido con otros perros al rededor. Fue el último en bajar del transporte, rumbo al refugio de Carla Prince, pero se le notaba tranquilo y sereno.

Debido a la forma en que actuó Rusty, el refugio está convencido de que ha estado ciego la mayor parte de su vida. Se sentía muy cómodo con todas las personas con las que interactuaba y con el entorno que poco a poco fue conociendo.

Ampliaron sus horizontes con caminatas largas al parque cercano. Ahí conoció a un perro pequeño que siempre había estado ansioso de conocer a otros perros, pero la interacción con Rusty fue todo lo contrario.

Se olisquearon el uno al otro y la calma y el comportamiento amable de Rusty tranquilizaron al otro perro. Después de esta interacción, el voluntario notó que un hogar con otro perro podría ser una buena opción para Rusty.

Debido a sus necesidades médicas, Rusty tuvo que ser paciente para ser puesto en adopción hasta después de su cirugía. El refugio se preparó para una larga espera, pero la familia Chulack tardó solo tres semanas en encontrarlo y adoptarlo oficialmente.

Ahora, Rusty se ha adaptado perfectamente a su nueva familia e incluso ganó dos hermanos caninos Bella y Chalupa, y un tercero minino llamado Tarzán. Además de los 4 nietos de Darrell con los que le emociona jugar.

Los Chulack le brindaron un hogar, su propia cama que adora, golosinas y mantas, pero sobretodo mucho amor. Prometieron que incluso si solo tiene un año más vida, será genial para el amado abuelito.

Nunca es tarde para recibir y dar amor, la vida siempre está llena de sorpresas como lo sabe bien Rusty.

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