La muerte de un perrito callejero conmocionó a toda una comunidad, y es que no todos los peluditos en condición de calle tienen la misma suerte que Manchas, un cachorro adoptado por una comunidad en Lurín, Perú.
Esta adorable bola de pelos era muy querida por todos en el pueblo, siempre estaba presente en las festividades y se ganaba el cariño de quienes lo rodeaban.
Perrito callejero es despedido con banda y misa, un emotivo sepelio para su último adiós.
Era un encanto de perrito, pese a no tener un hogar fijo, todos los vecinos lo cuidaban y lo alimentaban, convirtiéndose en la mascota del pueblo. Sin embargo, su estado de salud se fue deteriorando, a medida que pasaba el tiempo ya no era ese perrito joven y juguetón que cautivaba a todos con sus energía.
El perrito envejeció y enfermó, duró un par de semanas hospitalizado en donde los lugareños se organizaron para costear sus gastos, pero lamentablemente falleció.
Manchas era un callejero que no fue adoptado por una familia, diariamente recibía el cariño de todos.
Esta noticia por supuesto que entristeció a toda la comunidad, quienes no querían pasar desapercibida la ausencia física del perrito, pues indudablemente, ocupará un lugar especial en sus corazones.
Los habitantes del pueblo le prepararon una misa y junto a la banda de la comunidad, le hicieron un emotivo sepelio donde le dieron el último adiós.
Manchas cruzó el arcoíris siendo un perrito muy respetado y amado, no le pertenecía a nadie, pero al mismo tiempo era amado por todos.
Cualquier evento público él estaba, desde las bodas hasta las fiestas del lugar, en la iglesia era muy bien recibido y todos apreciaban su presencia educada y amable.
La terrible noticia fue un golpe muy duro para toda la comunidad que hizo lo posible por salvarlo, Manchas pasó sus últimas días en una clínica veterinaria recibiendo toda la atención que merecía.
No era solo un perro, se había convertido en una especie de personaje popular del pueblo. Estrella Condenso Polo, quien estuvo pendiente del perrito en sus últimos días, fue la responsable de compartir la lamentable noticia.
“Como saben Manchas fue un perrito de iglesia, así que las personas que nos quieran acompañar y despedirse de él, desde las 4:15 pm estará abierto el salón parroquial para recibirlo, ponerlo en su cajoncito, hacer una oración y respectivamente llevarlo al cementerio municipal donde será enterrado al costado de su mejor amigo Peni, los esperamos”.
Fue así como una banda de músicos se hizo presente, llevaron en una caja al perrito, recibió flores y le dieron el último recorrido por el pueblo, le agradecieron su compañía y amor incondicional. Finalmente lo llevaron al cementerio en donde lo enterraron y despidieron.
Manchas fue sepultado en el panteón del pueblo, un cura de Lurín le brindó algunas palabras.
Si algo es cierto es que este perrito vivía muy feliz con personas que lo cuidaban y amaban. Aunque vivía en la calle y no tenía un hogar permanente, Manchas contaba con fidelidad de toda una comunidad que lo aceptó y lo hizo sentir especial hasta el último momento.
Cabe destacar que en más de una ocasión intentaron brindarle un hogar con todas las comunidades necesarias, pero el perrito siempre regresaba a las calles del pueblo, por fortuna, su presencia siempre fue muy bien recibida por todos sus habitantes.
Ahora siempre será recordado como ese perrito que sin pertenecerle a nadie se robó el amor de todos.
En tierra fue un angelito terrenal, ahora es una estrella que brilla desde lo más alto del cielo, un perrito que siempre será recordado por su amor, nobleza y lealtad.