El drama de los animalitos callejeros, abandonados a la deriva, es algo que nos parte el corazón por completo. Pero además del desamparo, el hambre, los rechazos, y el sufrimiento, cuando esas criaturas padecen alguna enfermedad, todo se vuelve cuesta arriba. Suplican con todas sus fuerzas al Cielo una mano amiga que los ayude con tanto dolor.
Un perrito sin hogar, de la localidad de Nakhon Ratchasima, en Tailandia, justamente se debatía entre el dolor y el hambre, con un enorme tumor que le causaba una tremenda molestia.
El tumor ubicado entre su patita izquierda y el cuello lo estaba martirizando
Además de los claros signos de desnutrición que presentaba, y su desgarradora carita demacrada y desolada, era imposible que sanara por su cuenta. Necesitaba ayuda urgente.
Afortunadamente, en ocasiones aparecen héroes sin capa dispuestos a arriesgarlo todo. Y ese ángel era Aun Suzuki, un conocido rescatista de la zona que tiene a su haber cientos de perritos salvados de los peores destinos.
Cuando Aun lo vio vagando por una zona de edificios, decidió hacer la diferencia y se acercó para ver lo que le pasaba. Su corazón se partió en dos al descubrir esa impactante masa que lo atormentaba tanto y lo llevó al veterinario de inmediato.
“Es un perro del templo de Prachin, que tiene cáncer en el cuello. El Doctor Chai Pattaya lo tiene. Necesita una cirugía para eliminar ya el tumor del cuello”, escribió Suzuki en una publicación en sus redes.
El perrito fue bautizado como Peanut
No queda claro si perteneció a una familia que al ver su lamentable estado lo abandonó a su suerte. Pero afortunadamente, en Emergency Vet Partner lo trataron con mucha abnegación y cariño, y los desvelos del veterinario produjeron resultados.
Como el tumor estaba en una fase avanzada, era necesario retirarlo. Después de la delicada cirugía para extirparle esa masa cancerosa, que mantuvo en vilo a Aun, Peanut comenzó a recuperarse de maravilla.
El doctor Chai, por su parte, no se midió en todos los cuidados necesarios, y decidió no cobrar nada por sus servicios.
Peanut estaba poniendo mucho de su parte, demostrando que el dolor y la enfermedad lo habían curtido tanto por dentro, que él ya era un guerrero. Pero incluso todavía guardaba mucho amor para repartir y ya se había metido en el bolsillo a todos en la clínica.
«Gracias, hermano Bum por tomarse el tiempo para ser voluntario, por la medicina para perros, además de recogerlo y llevarlo al templo Nong Chok, en Prachinburi“, dijo Suzuki.
Tal como se puede ver en las fotos publicadas por el rescatista, Peanut ha mejorado notablemente. Pudo ser trasladado a un hogar de acogida, y ojalá que consiga una familia para siempre.
¿Qué habría sido del destino de Peanut si este héroe no se hubiera detenido? Comparte su historia para inspirar a otros a ayudar a cada perrito necesitado. ¡Hay tantos animalitos vulnerables a la espera de una mano amiga…!, ojalá que nosotros no se la neguemos.