Si hay algo que nos causa alegría es saber que aún existen personas que se convierten en verdaderos ángeles para los peluditos más vulnerables. Don Alonso, el protagonista de esta historia, tiene sus propios ángeles guardianes tras ser rescatado de las calles y adoptado por los trabajadores del transporte público.
Es un perrito mestizo de avanzada edad, en su pelaje negro ya sobresalen brillantes canas, pero eso no le quita las ganas de poder disfrutar de esta nueva oportunidad.
Esta hermosa bola de pelos tiene aproximadamente 10 años de edad.
Don Alonso ama viajar en los PumaKatari, autobuses que forman parte del sistema de transporte público municipal en La Paz, Bolivia. Desde hace algunos años los transportistas lo adoptaron y lo hicieron un miembro más del equipo.
Su vida cambió por completo en el 2016, cuando vagaba en el barrio y la plaza Alonso de Mendoza, por ello su nombre, en honor al lugar donde sobrevivió solo por tanto tiempo.
Dentro de la unidad de transporte siempre usa bozal.
Alejandra Blanco, encargada de Bienestar Social y Kardex en la Unidad del Servicio de Transporte Municipal de La Paz, comentó:
“El perrito aparentemente fue abandonado en inmediaciones de la plaza Alonso de Mendoza en el centro de la ciudad, nosotros estábamos iniciando operaciones en esa ruta. Poco a poco se encariñó con los conductores, los anfitriones que asisten a los pasajeros en los vehículos y los despachadores, quienes le daban comida”.
Su amor hacia los trabajadores llevó al perrito a subirse un día en uno de los autobuses, fue como si hubiera encontrado su nuevo lugar favorito.
Desde entonces sus rescatistas iniciaron un largo proceso de adopción, debían hablar con las autoridades municipales, Alejandra recuerda que aunque fue un proceso difícil, finalmente lograron adoptarlo legalmente.
Aunque esté familiarizado con la ruta, cada viaje es una nueva emoción para el peludo.
Este hermoso perrito sabe identificar las estaciones de ruta, se sube en una parada y se traslada a otra, hace todo el recorrido y para finalmente regresar a casa. Don Alonso ha ganado popularidad entre los vecinos y venderos de la comunidad, cuando pasa por la plaza aprovechan para saludarlo.
Debido a su edad no lo dejan salir solo por mucho tiempo, Alejandra comenta que si lo hace siempre lo están monitoreando, esto también para evitar que pelee con otros perros callejeros.
Don Alonso está familiarizado con cada viaje, sube al Pumakatari, se deja colocar el bozal y se acomoda en la unidad para iniciar un recorrido, que sin duda, disfruta mucho.
La mayoría de las veces saluda a los pasajeros amistosamente, otras, toma una larga siesta, se despierta cuando ya está cerca de la plaza y comienza a mover su colita de felicidad.
En la plaza camina por un largo rato y olfatea todo lo que esté a su alcance.
Después de unos minutos de caminar por la plaza, sube al autobús para volver a Caja Ferroviaria, el punto de partida de todas las unidades. Don Alonso entiende perfectamente un comando que es digno de admirar, cada vez que el guardia de la Caja Ferroviaria le dice “requisa” se pone con las patas delanteras contra un muro para que lo revisen.
Esta hermosa bola de pelos ha conquistado el corazón de todos los trabajadores quienes se encargan de hacerlo muy feliz y darle todo el amor que se merece.
Todos los perritos merecen ser amados. Anímate a adoptar y vivir una experiencia llena de complicidad y verdadero amor.