Las autopistas son una trampa mortal para nuestras mascotas. Cada año cerca de 10 millones de animales mueren atropellados en las carreteras, 70 por ciento de los cuales son animales domésticos, específicamente los perros como especie de mayor riesgo de sufrir este tipo de accidentes.
Por eso, cuando veas por la carretera una señal de paso de animales salvajes reduce la velocidad y presta atención máxima al volante para poder reaccionar a tiempo ante la presencia intempestiva de algún animal vagabundo.
Un hombre recibió un alarmante mensaje acerca de un perrito que había sido atropellado por un conductor que se dio a la fuga dejándolo solo, a su suerte. De inmediato salió a buscarlo, y después de tres días lo encontró con las patas fracturadas y un grupo de buitres a su alrededor dispuestos a comérselo vivo.
La impactante escena llenó de estupor y consternación a este sujeto de nombre Fernando Pieroni, natural de Buenos Aires, Argentina, quien junto a un grupo de voluntarios tardó 72 horas en dar con el paradero del sufrido canino.
“Apenas recibí el mensaje, automáticamente salí a buscarlo. Durante casi dos horas miramos cada rincón de aquel descampado, pero no tuvimos éxito. Luego, por tres días consecutivos hicimos rastrillajes en el campo lindero a la autopista buscándolo, pero tampoco logramos dar con él”, contó Fernando
Según continuó, no fue sino el segundo día de incesante búsqueda cuando la misma persona que lo contactó la primera vez lo llamó para informarle que, aparentemente, unas personas habían hallado a quien luego sería bautizado como Rudi, en una autopista hacia la cual redirigieron todos los esfuerzos de su búsqueda.
“Lo habían encontrado herido en el campo de la autopista. Enseguida fuimos a buscarlo y lo llevamos al veterinario Desde el momento que lo vi, la conexión con él fue especial. Si bien el panorama no era para nada alentador y seguramente estaba con mucho dolor, apenas me acerqué se dejó tocar y levantar”, aseguró Pieroni.
La verdad es que el rostro del animalito lo menos que denotaba era algún gesto de agresividad, al contrario, todo su magullado cuerpo y mirada desesperada emanadas de su deseo de ser ayudado generaban una gran compasión.
Afortunadamente, Rudi logró ser trasladado hasta un centro veterinario donde pudieron aliviar su dolor con medicamentos y calmantes. Sin embargo, todos los especialistas coincidieron en que la única solución para el perrito estaba en manos de una costosa cirugía.
De esta forma, se organizó una campaña de recaudación de fondos para la operación con un éxito rotundo. Finalmente, Rudi fue intervenido en la tibia y el peroné de una de sus patas. Le fue colocada una prótesis de titanio para unir los huesos y un yeso para la otra pata.
El postoperatorio fue, sin duda, bastante doloroso, pero, por fortuna Rudi está sanando a pasos agigantados en compañía de Fernando y Rumi, un ternero que este hombre también rescató de su infelicidad.
Comparte esta tierna historia de compasión pura con tus seres más queridos. Avisar a tiempo de animales sueltos cerca de las carreteras no solo salva sus vidas, sino la de todos. Encontremos un hogar para Rudi.