A principios de febrero, Paweł Kałuziak se dirigió con su perrito Gucio a dar un paseo. Casi todos los días Paweł iba a una zona boscosa con su peludito de raza Golden, así que confiaba en que su mascota conocía la zona a la perfección.
Después de verificar que no había otros perritos por el lugar, Paweł soltó a Gucio para permitirle explorar con más libertad. El resultado fue devastador. Después de unos minutos, Paweł comenzó a llamar a Gucio para indicarle que debía volver junto a él.
Normalmente, el hermoso Golden era el perrito más obediente pero pasaron las horas y no regresó junto a su dueño. El angustiado Paweł lo buscó hasta el anochecer pero todo parecía en vano. No había rastro de su mascota por ningún lado.
Durante semanas se negó a darse por vencido y regresó constantemente al bosque con la esperanza de encontrar a su perrito. Paweł repartió imágenes de su perro y pidió a todos los vecinos del lugar que estuviesen atentos por si lo veían.
Pasó más de un mes y el dueño del Golden comenzó a sospechar lo peor. No podía imaginar que su leal perrito seguía vivo pero estaba atrapado en un agujero del que simplemente era imposible salir.
Finalmente, un hombre con un perrito llamado Diego se dirigió al mismo bosque y no tardó en notar que su Jack Russell se estaba comportando de manera muy extraña.
Diego parecía decidido a acudir a un lugar a toda velocidad. Comenzó a ladrar muy fuerte tratando de llamar la atención de su dueño. Tiró de su correa con tanta fuerza que prácticamente arrastró al hombre hasta llegar a aquel lugar que tanta curiosidad le causaba.
Se trataba de un enorme agujero y allí estaba el pobre Gucio en los huesos. El dueño de Diego lo reconoció de inmediato como el perro que Paweł había estado buscando durante semanas.
En aquel momento su principal preocupación era salvar al peludito. Regresó a su casa para buscar una escalera y bajo hasta agujero para poder subir a Gucio en sus brazos. Estaba extremadamente débil y todo parece indicar que había pasado 32 días en aquel terrible lugar.
Sólo había logrado sobrevivir tomando un poco de agua a través de la nieve que descongelaba a su alrededor. Era un verdadero milagro que lo encontraran con vida y todo gracias al astuto Diego.
Cuando Paweł se reencontró con su perrito no cabía en sí de felicidad. Todavía está recuperando su peso perdido pero ya tiene las fuerzas suficientes para tener algunas sesiones de juegos con su nuevo amigo y héroe: Diego.
No te vayas sin compartir esta nota para celebrar el maravilloso rescate de este peludo. Diego es un héroe que merece reconocimiento.