Asumir la tenencia de una mascota es cosa seria. Todos, sin excepción, debemos entender la responsabilidad que se requiere para cuidar de un animal y darle el amor, el cariño y el respeto que todo ser vivo merece. Sin embargo, la realidad es a veces otra muy distinta, por desgracia.
Tal es el caso de Cookie, un dulce y tierno perrito, quien luego de llegar a la tercera edad, fue dejado a su suerte en las calles de California, Estados Unidos. Al parecer, sus antiguos responsables lo consideraron caduco. Sencillamente lo desecharon como a un trasto viejo e inservible.
Historias que no se explican, pero, lo cierto es que, a sus 14 años de edad, el pobre orejudo perdió el apoyo de quienes, hasta ese momento le habían procurado al menos un techo y comida. En realidad, si fue verdaderamente amado, eso aún queda en entredicho.
Desde ese momento infausto en que decidieron dejarlo, la vida de Cookie nunca más volvió a ser la misma. No obstante, llegado a las puertas de la muerte, al menos contó con la compañía de los activistas de la organización Leave No Paws Behind, quienes le brindaron los mejores momentos de su vida.
Y es que, si bien Cookie no exhaló su último suspiro rodeado de sus seres conocidos, a quienes amó durante toda su vida, con él estuvieron los verdaderos amigos, esos que se descubren, a veces, en el último momento.
“Abrazamos con ternura al pequeño Cookie, mientras cruzaba hacia el otro lado del arcoíris. Apenas lo conocimos el domingo 25 de abril, estábamos en el refugio para rescatar a otro pequeño mayor y nos preguntaron si podíamos ayudar a este peludo de 14 años que fue dejado por su familia por ‘ser demasiado viejo’”, relató la organización.
El pasado de Cookie fue feliz. Nunca sus cuidadores dieron señales de querer desprenderse de él. Claro, en ese momento contaba con toda la energía y vitalidad de la juventud. No obstante, al igual que a veces sucede con las personas cuando envejecen, prescindieron de él cuando comenzó a sufrir de convulsiones en sus años dorados.
“También nos dijeron que, junto con ser demasiado viejo, él ‘a veces tiene convulsiones’. Ahora, no sé bien cuáles fueron las circunstancias reales que trajeron a nuestro refugio, todo lo que sabemos es que, cuando llegó, se encontraba al final de su vida”, agregaron.
Estaba delgado y su salud muy deteriorada. Por eso, los voluntarios entendieron que lo mejor para él era una buena dosis de amor y compañía, que se sintiese el perro más amado del mundo en sus últimos días de existencia.
No dudaron en ayudarlo. Llegó al sitio indicado. Allí lo alimentaron, lo bañaron, le cortaron las uñas y, sobre todo, le brindaron la seguridad y la confianza en que nunca más estaría solo.
Cookie solo estuvo dos días en el albergue, pero, esas fueron las 48 horas más dulces tanto para él como para sus cuidadores. Falleció irremediablemente, pero, gracias a la buena acción de esta gente, al final solo conoció bondad, empatía y entrega.
El ancianito peludo murió en los brazos de su rescatista, escuchando los latidos del corazón que le señalaban el camino al otro plano, donde descansará en paz.
Las lágrimas fluyeron desde todos los rostros y estallaron los corazones de los voluntarios al darle el último adiós al tierno perrito. Lo despidieron con un abrazo colectivo, demostrándole el amor que nunca debió faltarle.
Comparte esta historia con tus mejores amigos. Es de suma importancia llamar la atención de todos los responsables de mascotas, para que eviten dejarlos solos, sobre todo cuando más compañía necesitan.