Después de vivir una dura experiencia en la calle cualquiera quisiera encontrar el consuelo y la protección en un hogar, pues este sueño era el de un perrito querendón que ahora no deja de abrazar a su nuevo papá. Se trata de Dash, un peludo atigrado que al llegar a un refugio parecía un animalito muy desconfiando pero lo que realmente quería la criatura era ser abrazado constantemente.
Ahora el perrito sorprende a su dueño al no dar tregua a la hora de abrazar.
Ben Johnson conoció a Dash cuando era voluntario en un refugio de animales. Para el hombre era normal convivir con canes con historias desgarradoras y que obviamente habían perdido la confianza en los humanos.
Por ese motivo cada vez que un nuevo perrito llegaba al lugar, el señor Johson procuraba respetarle su espacio y no acercársele demasiado, hasta no tener ganada su confianza.
No obstante con este tigrito el asunto sería diferente.
Resultó que el perrito estaba tan necesitado de cariño que apenas vio a Ben tuvo una conexión impresionante con él y dejó de lado su temor para acercársele.
“Lo conocí en la trastienda de la Humane Society. Me puse en cuclillas para no parecer intimidante. Se acercó a mí, puso su cabeza en mi pecho… Puse mis brazos alrededor de él para darle un abrazo durante unos 10 minutos”, relató el hombre.
Pero ese no sería la única vez que este tipo de acercamientos se suscitarían. Resultó que Dash quería ser abrazado constantemente. Algo especial había surgido en el corazón del perrito y la seguridad que le transmitía el hombre no tenía comparación.
“Cada vez que lo veía después de eso, me empujaba contra el pecho hasta que lo abrazaba”, dijo Ben.
Ese mismo año en que el perrito llegó al refugio, Johnson se postuló para ser padrino del can en un evento de caridad y, por una cosa y otra, Dash terminó pasando una noche en casa de la familia.
Resultó que el can se adaptó muy bien durante esa noche en el hogar y congenió perfectamente con el hijo de Ben.
Para todos fue un primer encuentro maravilloso.
Ben aún recuerda con diversión aquella noche:
“Nuestro hijo tenía una herramienta Fisher-Price y le estaba dando a Dash un examen dental con un destornillador de plástico. Dash se acostó de espaldas con la boca abierta mientras nuestro hijo le daba un examen completo. Fue en ese momento que nos dimos cuenta de que nunca dejaría nuestro hogar”, confesó.
Tras ese instante mágico el cuidador de perros estaba seguro de que ese can atigrado formaría parte de su familia. Además de que Dash también congenió perfecto con Coltrane, un perro que ya tenían los Johnson. Literalmente, todos en la casa estaban fascinados con la presencia del perrito del refugio.
Los dos peludos durmieron abrazados en el sofá esa primera noche.
Cuando el perrito conoció al hijo de Ben, el niño tenía solo 5 años y el can aprendió a ser la mascota más protectora y mimada. Por eso, no nos extraña que años después de la adopción el perrito haya instaurado una dulce rutina dentro del hogar.
Al estos amigos les encanta abrazarse.
Pero, además parece que a Dash no le gusta desayunar sin antes recibir el abrazo de sus dueños.
“Ha participado en la rutina del abrazo antes del desayuno durante un par de años. Al dejar su tazón, espera para comer, menea la cola y te mira hasta que lo abraces. Requiere al menos un abrazo, a veces dos, y ocasionalmente se detiene a mitad de la comida para un abrazo adicional”.
Ben está satisfecho de haber hecho lo correcto y decidir adoptar al perrito cariñoso que desde el primer instante robó su corazón.
Por lo visto, la estrategia del peludo de abrazar al sujeto funcionó mejor de lo que cualquiera pudiese imaginar y la familia aún enloquece por enrollarse entre las patitas del can.
Dash es ahora un animal feliz que tuvo la oportunidad que tanto merecía. Tú también puedes darle a un perrito así un verdadero hogar.