Drew Harrisberg había tomado la decisión de adoptar un perrito, pero cuando llegó al refugio se dio cuenta de que alguien más había adoptado al peludo que él tenía en mente.
Dennis es un perrito muy hablador y se comunica con sonidos muy particulares.
Decidió dar una oportunidad a otro de los perros del refugio y fue entonces cuando escuchó por primera vez un gracioso sonido que cambiaría su vida para siempre: era un adorable perrito hablador.
En cuanto Drew vio al perrito no pudo evitar enamorarse. Además, Dennis parecía muy emocionado de ver a aquel humano. Parecían estar destinados el uno para el otro pero había un problema.
Alguien más había firmado la adopción del hermoso peludo y lo buscaría en dos semanas. Cuando le dijeron esto a Drew, él quedó con el corazón roto. Sin embargo, no se rendiría fácilmente.
Se ofreció a darle hogar temporal a Dennis durante esas dos semanas. Simplemente se negaba a dejarlo en aquella triste jaula. Los encargados del lugar le dijeron que podía ser peligroso y que podría encariñarse muchísimo con Dennis.
Sin embargo, comprendieron que era lo mejor para el peludo. Un hogar, aunque sea temporal, siempre será mejor opción que un refugio.
Desde que llegó a casa, Dennis se caracterizaba por sus graciosos aullidos. Son tan particulares que a veces parecen los chillidos de una foca o los cacareos de una gallina.
El hermoso perrito expresa sus sentimientos a lo largo del día: si desea comer, si quiere una larga sesión de juegos con su papá o si simplemente quiere llamar la atención de los humanos.
Dennis vive en Australia.
Cuando llegó el momento de regresar a Dennis, Drew ya no podía hacerlo. Habían formado una conexión muy especial. Se dirigió al refugio y le suplicó a los dueños que ya habían firmado que la adopción que le permitieran quedarse con Drew.
Les mostró unos vídeos de ambos jugando y paseando para demostrarles lo mucho que lo quería. Cuando ellos los vieron juntos, no tuvieron dudas. Drew y Dennis debían estar juntos.
No puedo decir la palabra en voz alta porque empieza a saltar de la emoción. Se vuelve completamente loco y da graciosos chillidos”, explicó Drew, el dueño de Dennis.
Entre los graciosos chillidos de Drew, no hay nada como la palabra playa para poder relucir sus mejores “cantos”. En efecto, la playa se ha convertido en el lugar favorito de este hermoso perro.
Para su fortuna, queda muy cerca de casa. Drew y él sólo tienen que conducir durante cinco minutos y llegan al maravilloso mar en donde Dennis se convierte en el perro más feliz del mundo.
“Ven amigo, vamos a nadar un rato”, dice Drew y de inmediato el perrito empieza a dar aullidos de felicidad.
Una vez que llegan allí, Dennis busca enormes troncos para jugar con su papá, nada durante un par de minutos y nunca se olvida de una buena revolcada en la arena.
“Dennis está completamente obsesionado con la playa, es muy divertido”, aseguró Drew.
En ocasiones, no hace falta explicarle a Dennis a dónde se dirigen. El astuto perrito sabe reconocer la calle que lo lleva hasta la playa y una vez que su padre toma el camino indicado, comienza a saltar de alegría dentro del auto.
Su emoción es tan grande que no sabe si dar muchos besos, chillar o simplemente dar vueltas sobre sí mismo. Afortunadamente, tiene tanta energía que se las ingenia para hacerlo todo al mismo tiempo.
No hay dudas de que Dennis es un astuto perrito que sabe expresar claramente cuando está feliz. Es maravilloso saber que Dennis y Drew lograron permanecer unidos. Dennis es el más querido de la casa y además es toda una celebridad de las redes.