A veces podemos encontrarnos a los animales que hacían falta en nuestras vidas de la manera más inusual, y fue exactamente lo que le sucedió a Kiara Alamo, una joven que fue a comer a un restaurante en Luquillo, Puerto Rico, sin saber lo que estaba a punto de ocurrir.
Después de ordenar un plato del menú y comenzar a comer, notó a una extraña sombra acercándose a ella por el rabillo de su ojo. Al voltear, logró ver a un pequeño y delgado perro color blanco apoyándose en una de las esquinas del establecimiento mientras observaba a todas las personas que se encontraban dentro del local.
Estaba extremadamente enfermo y delgado
Kiara podía notar que pedía auxilio a todo el mundo, pero nadie lo notaba, y esto le rompió por completo el corazón, por lo que decidió hacer algo al respecto.
Ella sabía que no podía dejarlo en ese lugar después de haberlo visto, sobre todo porque estaba cerca de una avenida muy peligrosa, y fue cuando habló con su madre para llevarlo a casa con ellas.
Tenía tanto miedo que no dejaba que se le acercaran 🙁
El pobre Uto, nombre que decidieron ponerle al pobre perrito, tenía una enorme dificultad para caminar. Esto le parecía muy extraño a Kiara, pues Uto permanecía con su pata levantada todo el tiempo, por lo que al día siguiente decidió llevarlo a un veterinario calificado donde pudieran decirle qué era lo que estaba ocurriendo realmente con él.
Una vez en el veterinario, se dedicaron a colocarle las vacunas que necesitaba y lo sometieron a rayos-X para saber qué sucedía con su cuerpo. Después de un tiempo estuvieron listos los resultados, y fue justamente cuando se enteraron que Uto debía ser operado para poder caminar sin dolor.
¡Uto estaba preparado para ser operado!
En ese momento Kiara no sabía qué hacer, pero todo cambió en el momento en el que miró a los ojos de Uto. En ese instante supo que debía hacer todo lo que estuviera en su mano para verlo completamente sano. Después de la operación y un mes de descanso, Uto comenzó a ganar fuerza y caminar con mayor facilidad.
¡Su cara de ternura no tiene precio!
Todo parecía ir como Kiara lo había planificado: ayudar a Uto a recuperarse y conseguirle una familia adoptiva con la que pudiera ser feliz el resto de su vida, pero después de haber estado a su lado durante la operación y recuperación de su pierna, no podía dejarlo ir.
Kiara y Uto se convirtieron en mejores amigos
Uto se ganó un enorme espacio en su corazón y se convirtió en parte de la familia Alamo, así que de ninguna manera lo pondría en adopción.
A Uto le encanta pasar tiempo con otros perros 🙂
Un año después de todo lo sucedido, Uto sigue siendo un poco temeroso con los extraños, pero adora pasar tiempo con Kiara y sus tres perros que finalmente se convirtieron en sus hermanos.
¡En este vídeo puedes ver a Uto completamente feliz y sano!
Puede que Kiara haya ayudado a Uto con su pierna, pero es realmente Uto quien ha hecho de esta chica una de las personas más felices de la tierra, disfrutando de todo el amor que él tiene para darle.
Comparte esta tierna historia con otras personas para motivarlos a ayudar a aquellos animales que más necesitan de su ayuda. ¡Podrían conseguir a su alma gemela!