Un perrito abandonado puede quedar con el corazón roto en mil pedazos. Se pasarán mil cosas por su cabeza sin poder entender qué hizo mal para que lo dejaran así, a su suerte, cuando él pensó que esa sería su familia para toda la vida.
Los numerosos casos de abandono animal que llegan a diario a la redacción de Zoorprendente, nos hacen creer que para las personas es bastante sencillo separarse de sus mascotas. No importa cuántos años hayan compartido o los momentos que hayan vivido, si a algunos humanos los animalitos les estorban, fácilmente los dejarán de lado.
Si las personas tan solo pensaran más en el daño que les causan a estos seres con su rechazo, quizás se compadecerían un poco de ellos.
Y si eso no funciona, puede que ayude conocer la siguiente historia.
Honey es un perrito rescatado que ejemplifica perfectamente el rostro amargo del abandono. Al can lo dejaron desprotegido a un lado de la carretera en la que esperó durante días el regreso de sus dueños.
Los rescatistas hallaron al perrito abandonado en una escena muy triste.
La lealtad del peludo es incuestionable, pues el pobre de mirada perdida pasó todo ese tiempo solito pero aferrado a la chaqueta de su antiguo humano.
Seguramente la persona que lo abandonó le dejó la prenda con el fin de tranquilizarlo y el perro obediente se quedó esperando que volviera.
Esto, evidentemente, nunca sucedió.
Cuando los voluntarios de Paws 4 Hope hallaron a Honey, no pudieron evitar la tristeza por la escena. El perrito se negaba a ser rescatado, en su corazón guardaba la esperanza de que su papito lo buscara y no entendía que lo habían abandonado.
El pobre no asimilaba ni que lo habían abandonado.
Para convencerlo de que debía dejarse rescatar, los voluntarios debieron llevar la chaqueta con ellos. La prenda le brindaba a Honey una especie de seguridad, así que quitársela solo iba a empeorar las cosas y resultaría inhumano.
Nadie quería hacerlo sufrir más.
Los primeros días de Honey en el refugio de la fundación fueron bastante estresantes para él, el peludo no estaba acostumbrado a estar con tantos animales juntos. Por fortuna, la chaqueta actuó como una especie de amuleto que controlaba su ansiedad.
Poco a poco se fue haciendo más sociable.
Durante este tiempo, el can también recibió tratamiento para curar las lesiones que tenía en su piel. Era evidente que su dueño no había sido el más responsable pero aun así el animalito lo amaba.
Cosa que a él nada le importó en el momento de abandonarlo.
Pero como a las criaturas buenas también les pasan cosas buenas, el leal Honey se ha ido recuperando poco a poco y en el refugió se asegurarán de darle el amor que necesita.
“Es hermoso, tan paciente, tan tranquilo. Curaremos todo su cuerpo y sanaremos su corazón y la colocaremos en el mejor hogar”, dijo un portavoz de Paws 4 Hope.
Honey aún debe sanar pero sin duda que quienes se animen a adoptarlo tendrán a su lado a un perrito con una lealtad de hierro.
Si fue tan fiel con su antiguo dueño, cuánto más no podrá ser con alguien que le de amor de verdad. Por ahora nos complace saber que no está solo y, mejor aún, ya ha sido capaz de dejar su chaqueta, lo cual es señal de que se está adaptando a los cambios. Y que los pedazos de su corazón destrozado comienzan a ser pegados de nuevo.
Ellos nos juran amor eterno y nosotros les fallamos, eso no es justo. Que esta historia sirva para que todos vean tan increíble ejemplo de lealtad.