Una perrita adoptada que tuvo dificultad para adaptarse a su nuevo hogar vivió un momento aterrador al quedar varada en medio de un río congelado. La labradoodle de 3 años llamada Lucy fue acogida por una familia, después de una larga temporada en el refugio pero parece que su espíritu travieso y libre la impulsó a escaparse.
La perrita se salió de la casa sin que sus dueños se dieran cuenta.
Aunque los animales tienen cierto instinto ante el peligro que quizás no lo tiene los humanos, parece que a esta perrita esa característica le falló pues su momento de diversión puso haber terminado en tragedia.
Lucy se escapó de la casa y comenzó a explorar el barrio en el que vive, el cual está ubicado al noreste del Río Detroit. En ese momento la gran masa de agua se encontraba congelada y la perrita comenzó a jugar, hasta que la fría estructura se quebró.
Lucy terminó varada en el río, asustada y con muchísimo frío.
No se sabe con exactitud cuánto tiempo estuvo en ese apuro, pero por suerte un vecino la divisó en la distancia y de inmediato llamó al servicio de emergencias. Los bomberos de la ciudad atendieron de inmediato el llamado y acudieron al lugar para salvar a la perrita.
Cuando llegaron Lucy se encontraba muy apartada de la orilla y por eso fue necesario que el equipo planeara una maniobra para llegar hasta ella.
Estos héroes sabían que debía actuar con cautela y rapidez, pues mientras más tiempo pasara peor era el peligro.
El trozo de hielo sobre el que la perrita navegaba se había separado a más de 15 metros de la orilla y la Guardia Costera de los Estados Unidos también tuvo que intervenir, pues eran el equipo más preparado para una emergencia como esa.
El héroe Derrek Azzopardi fue quien protagonizó el rescate, al acercarse lo más que pudo de la perrita y utilizar una especie de asta para sujetarla y ponerla a salvo.
Pese al traje de seguridad, este hombre también se expuso ante la posibilidad de caer en las aguas heladas.
Fue un momento de angustia para todos, excepto para la familia de Lucy que no tenía manera de saber que la perrita había ido a parar al río.
Ellos estaban inocente del peligro que corría la peluda y de toda la operación de rescate que se armó ese día para lograr salvarle la vida.
Temblorosa por el frío y el terror, la perrita no entendía muy bien lo que sucedía pero parece haber decidido confiar en ese hombre que se le acercaba.
Aunque desconocido para ella, Azzapardi era la única vía para salir de ese terror y Lucy decidió cooperar.
Tras algunos intentos fallidos, la maniobra dio resultado y este héroe pudo llegar hasta la perrita y llevarla con vida hasta tierra firme. Una vez fuera del río, Lucy fue abrigada con mantas y revisada por un veterinario.
En ese instante el vecino que había reportado al animal en apuros reconoció que Lucy era una perrita de la comunidad y ayudó para contactar a la familia.
Gracias a toda una ola de solidaridad esta canina logró regresar a casa. Aunque había escapado del lugar, no había nadie más que la protegiera mejor en ese momento que su nueva familia.
Por suerte, después de ese angustiante episodio la peluda aprendió la lección y ahora es menos traviesa.
Aunque Lucy disfruta los paseos al parque, aprendió a no salirse sola de casa y mucho menos exponerse a esta clase de peligros. Esta pequeña logró salir sana y salva del aprieto, gracias a su vecino y al equipo que participó en el rescate.
A todos los que hacen estas historias posibles, muchas gracias. Todo animal en apuros merece nuestra ayuda, por favor, no los dejemos solos.