Los perros son unos seres fascinantes que llenan nuestras vidas con su ternura, travesuras y sobre todo con su amor incondicional. Para ellos, nosotros somos su mundo y siempre están dispuestos a pasar un buen rato de diversión, para que los llenemos de mimos y abrazos.
Esto fue lo que sucedió recientemente con una pequeña perrita, llamada Lila, que sorprendió a su dueña Yohana Dasilva, una estudiante universitaria, con una mágica tarde de juegos. Yohana es recibida por su perrita todas las tardes al volver de la escuela, llena de felicidad y meneando su cola.
“Ella ladra, salta, lame y corre como loca. Su felicidad es evidente”, dijo Dasilva.
El recibimiento de Lila hacia su dueña se ha convertido en parte de su rutina. Sin embargo, hace poco decidió sorprenderla de la forma más tierna. Esa tarde, la joven volvió de la escuela y tuvo la misma calurosa bienvenida de parte de Lila.
“Me dio una bienvenida cálida y babosa como siempre lo hace. Dejé mis cosas en el suelo y ella recogió su juguete, un hipopótamo chillón de color azul, y comenzó a seguirme con él. Yo subí por las escaleras y ella seguía con el juguete en la boca”, mencionó Dasilva.
Aunque la actitud de la pequeña Lila parecía sospechosa, Dasilva nunca imaginó lo que le esperaba dentro de su habitación.
“Tan pronto como entré en mi habitación, Lila corrió hacia la cama, dejó su juguete con todos los otros que había llevado arriba, me miró y pareció decirme: traje todo esto para ti. ¡Estaba asombrada!”, mencionó la joven.
Lila planeó una tarde de juegos y había reunido todos sus juguetes para la ocasión especial. Dasilva no podía salir de su asombro y buscó a su mamá para lograr entender lo que estaba sucediendo.
“Fui y le pregunté a mi mamá si puso los juguetes en mi cama, y ella me dijo que Lila los había llevado uno a uno durante todo el día. Estaba esperando a que yo llegara a casa para que pudiéramos jugar juntas”, mencionó Dasilva.
Por supuesto, la joven aceptó amablemente la invitación de su adorada perrita, ¿quién podría resistirse a un acto así?
“Todo lo que sé es que estaba siendo bombardeada con juguetes y Lila quería toda mi atención. Ella nunca había hecho eso antes, así que fue algo gracioso pero reconfortante de ver”, señaló la joven.
Sin duda alguna, este gesto tan adorable demuestra que los amigos peludos piensan en su familia incluso cuando estamos lejos. Ellos nos aman con todo su corazón y debemos corresponderles con el mismo sentimiento.
¡Comparte esta enternecedora historia con todos tus amigos y nunca olvides llenar de mimos y cariño a tus animales!