Es triste saber que hay países donde se maltratan a los animales con el más alto grado de crueldad con total impunidad. Desgraciadamente los animales no cuentan con una protección legal que regule y castigue estas acciones.
En Tailandia los perros están a la merced de la suerte del destino, incluso si tienen un hogar. La cultura se inclina a que deben valerse por ellos mismos, tratando de alimentarse con las sobras de la basura y de lo que encuentren tirado en las calles o por donde están caminando. ¡Es increíble!
¡No lo puedo creer!… En las cercanías de Laos y Vietnam, la carne de perro es un plato de comida. ¿Hasta dónde puede llegar el maltrato?Los perros que son capturados por los traficantes tienen un destino oscuro.
Son transportados en jaulas durante días sin comer, son comercializados y sometidos a torturas, les dan golpes para matarlos y usan su carne para comida. En otros casos son degollados para usar su piel en la fabricación de tambores y guantes.
¡Qué injusticia tan grande! Qué impotencia saber que son muchos los animales que son víctimas de tanta crueldad.
La organización Elephant Nature Park (PEV) es un refugio de elefantes pero tiene un proyecto llamado proyecto perro para salvar, atender y cuidar a los perros que encuentran. ¡Gracias a ellos muchos perritos han escapado de la maldad y tienen una vida feliz, juegan, nadan y pasean con los voluntarios del refugio!. Están protegidos de ser usados como alimento y materia prima.
PEV con su proyecto perro lleva ayudando a los caninos desde las fuertes inundaciones en el año 2011. Tienen albergados aproximadamente 67 elefantes y 470 perros.
Esta grandiosa organización prepara a los perros para que pueden ser adoptados, así como todo el proceso para una adopción internacional, que es lo mejor que le puede pasar a cualquiera de de estos inocentes perritos.
A pesar de que reciben una gran atención en el refugio ellos necesitan ser libres definitivamente y poder dar entrada a otros amigos peludos, que deben ser sacados de la calle y evitar así que sean objetos de tanta crueldad.
La historia de Lulú, tiene escrita en una de sus páginas un proceso de adopción internacional feliz. Lulú fue rescatada por PEV de la muerte cuando tenía aproximadamente 3 años de edad. Luego de revisiones completas y exámenes cuyos resultados indicaron que contaba con perfecto estado de salud, fue puesta en adopción.
Gracias a Jessica Danner, quien vive en la ciudad de Nueva York, el destino de Lulú cambió. Ella conocía a la PEV, trabajó como voluntaria con los elefantes durante el verano del año 2014. Durante su estadía en el lugar se enamoró de los perritos, compartía con ellos en sus ratos libres.
Jessica comentó que muchos de estos cachorros del lugar han sido maltratados y lo único que quieren es ser amados. Ella decidió que le daría un hogar a uno de ellos y mostró interés en cumplir con todo el proceso de adopción y poder tener a Lulú como su mascota e incluirla en su familia.
De pronto pensamos que el proceso de adopción en el extranjero es un muy difícil y resulta que no lo es tanto, la organización PEV se encargan de hacer todos los trámites para qué el proceso sea un éxito.
Incluso en el viaje un voluntario puede acompañar al perrito en el vuelo.
La entidad o la persona que adopta es el responsable del pago de la tasa de adopción, aproximadamente $590, que incluye la tarifa de exceso de equipaje de $315 para el perrito.
Lulú aunque siempre estuvo en el refugio, nunca fue agresiva, al contrario, es muy dulce. El proceso de adopción se realizó sin ningún contratiempo. Jessica llenó un formulario en agosto de 2014, pagó la tasa correspondiente, Lulú llegó el pasado noviembre como el mejor regalo para las fiestas de la época.
Jessica estaba ansiosa, porque Lulú se podía sentir confundida y muy nerviosa porque no sabía qué estaba pasando. El viaje era de aproximadamente 30 horas. La felicidad de las dos se desbordó cuando Lulú llegó al Aeropuerto Internacional John F. Kennedy JFK, ella salió de su caja sin dejar de mover su cola.
Tanto para Jessica como para Lulú esto representó un cambio para mejor en sus vidas, Jessica comenta que pensaba que sería difícil su adaptación pero Lulú se acostumbró a la vida en Nueva York con una gran facilidad, fue domesticada en pocos días.
La vida de Lulú actualmente se centra en acompañar a Jessica en su trabajo, en el metro, juega y se divierte con sus compañeros felinos en casa, persigue a las ardillas en el Central Park y lo mejor de lo mejor recibe mucho pero mucho amor.
Jessica ahora no puede imaginar su vida sin Lulú y recomienda con toda confianza la adopción de estas mascotas en el exterior.
En Tailandia, al igual que en muchos países de Asia, no existe la cultura de la adopción y miles de perros están en situación de abandono y viven en las calles. Debemos apoyar el trabajo de la PEV, que cumple un papel muy importante en la vida de estos seres indefensos, si estás interesado en una adopción no dudes en contactarlos, ellos te ayudaran en todo el proceso, puedes hacer clic aquí.
El año pasado la PEV consolidó 45 adopciones, de los cuales 40 fueron adopciones extranjeras, también lleva a cabo un programa de esterilización, atendiendo sin costo a los perros que son traídos con la autorización de sus propietarios.
El proyecto perro de la PEV levanta un alerta ante la necesidad urgente de voluntarios que se incorporen a la causa. La directora del proyecto llegó al parque como voluntario de elefantes en el año 2013.
Las experiencias como voluntario son de un valor incalculable, si es cierto que muchas veces sientes que el corazón se parte en dos, y tu alma se llena de dolor ante tanta injusticia, pero ayudar a otros tantos seres inocentes y salvarlos de tanta crueldad es muy gratificante y no tiene precio.
Para obtener más información o para ser voluntario, puedes hacer clic aquí sitio web .
Comparte esta historia, de pronto algunos de tus amigos está buscando adoptar una mascota y así apoyamos a la gran labor que esta haciendo PEV por la defensa y la vida de estos perritos que necesitas un hogar lleno de amor.