Nuestros amigos peludos son seres realmente muy especiales que no dejan de sorprendernos, ellos no necesitan hablar para expresar lo que sienten, su mirada muchas veces lo dice todo.
Tal como pasó con esta perrita que mira impotente cómo un pulpo le roba su pelota de tenis favorita. Se trata de Lucy, una peluda que ama jugar en la playa con su familia y su amada pelota de tenis.
Lo que nunca imaginó Lucy es que algún día de esos de playa un extraño la dejaría sin su preciado juguete.
Recientemente, mientras Lucy y su familia disfrutaban en la orilla de la playa, cerca de su casa en Sudáfrica, llamaron la atención de un pulpo muy curioso. Este pequeño animal de ocho brazos decidió acercarse, y no pasó mucho tiempo para dejar al descubierto qué era lo que más le interesaba.
Riette Creighton, la dueña de Lucy, dijo que su perrita quedó realmente sorprendida con lo que pasó.
«Se acercaba la marea alta, y de repente este pulpo nadó en las aguas poco profundas», dijo Riette.
Lucy dejó caer su pelota en el agua, y la dejó ahí por un rato.
«De repente vimos que el pulpo agarró la pelota. Creo que mi reacción fue la misma que la de Lucy. Nunca había experimentado algo así. ¡Este era el siguiente nivel!», dijo Riette.
La pelota de tenis había cambiado de dueño y ahora pertenecía al pulpo sin previo aviso. Lo había robado, y a Lucy no le tocó más que resignarse.
Sorprendentemente, el pulpo parecía disfrutar de la pelota de tenis tanto como Lucy, y todo indicaba que no estaba dispuesto a devolverla.
Después de tocar varias veces la pelota cerca de la superficie del agua, el pulpo decidió llevarse su nuevo juguete a casa.
«Envolvió su tentáculo alrededor de la pelota y desapareció. Nos quedamos allí cerca de de media hora esperando que la pelota saliera a la superficie, pero no tuvimos suerte. ¡Se había ido!», agregó Riette.
Teniendo en cuenta que las pelotas de tenis flotan, el pulpo debió haberlo agarrado con mucho cuidado mientras se desplazaba a las profundidades.
La pelota estaba perdida, pero afortunadamente, el día de Lucy en la playa no se arruinó por completo. Ella siguió jugando, olvidando el incidente.
Lucy dejó de preocuparse por el hecho de que alguien más tuviera ahora su juguete.
«Ella es un alma tan gentil», dijo Riette.
Quizás el pulpo quería jugar con sus amigos, pero eso es solo una suposición, lo cierto es que nadie sabe por qué el pulpo quiso llevarse la pelota de tenis, y siempre será un misterio.
Por su parte, Riette buscó una nueva pelota para su amada perrita, y agregó:
«¡Regresó al agua al día siguiente con una pelota nueva!».
No dejes de compartir esta ocurrente historia para mostrar al mundo el gran corazón que tienen los perros, al punto de no importarles tener que renunciar a sus juguetes favoritos.