Una de las mayores barreras que nos impiden disfrutar la vida y salir adelante son nuestros temores. Aprender a vivir con ellos puede ser muy difícil de superar cuando marcan tu existir. Lo que no se debe permitir perder es la fe.
Jamás pensaron lo difícil que sería ayudar a esta perrita a superar el miedo. Este sentimiento se volvió incontrolable interponiéndose como una barrera entre su historia de abandono y la nueva oportunidad de vida que le deparaba el destino. Aprender a vivir con ello requirió esfuerzo y tiempo, se hizo posible por la fe puesta en esta perrita.
La historia de esta pequeña arrastra un traumático pasado que solo ella conoce, se encontraba escondida entre unos arbustos en el centro de la ciudad de Los Ángeles, en Estados Unidos, cuando fue recogida por el personal de control de animales, seguramente fue dejada en el abandono y llevaba cierto tiempo viviendo en la calle.
Desde su llegada a la perrera se mantenía con el cuerpo encogido y la cabeza agachada. Pensaron que se repondría con relativa facilidad, querían animarla e intentaron llevarla al exterior para pasear y tomar el sol, eso le haría mucho bien, entonces se dieron cuenta de la magnitud de la situación cuando no quiso moverse por nada, su cuerpo se aplastó en el suelo como si el mundo le hubiese caído encima.
Era importante que por lo menos se levantara para tener mayor oportunidad de salir de allí. Dadas las condiciones en las que se encuentran los refugios, hay perros no tienen un final feliz al ser sacrificados, esta es una cruel realidad que nos golpea.
Para ella iba a ser muy difícil que alguien la adoptara, sus probabilidades eran mínimas, lamentablemente por falsas creencias los perros pitbull son los que menos eligen y aunque tenía un hermoso pelaje negro, algunos consideran que en su condición este color la desfavorecía debido a la imagen negativa que se ha transmitido en libros y películas, además, dependiendo de las fotografías, las personas suelen apreciar menos sus rasgos faciales. Es muy triste, pero es la realidad en muchos casos.
Después de pasar un mes en la perrera, nos alegra saber que ella fue afortunada, estaría a salvo de ser sacrificada gracias a los voluntarios de Karma Rescate, una organización sin fines de lucro que decidió cuidarla.
Salió de la perrera, sin embargo, no hacía más que temblar de nervios durante la semana que permaneció en la clínica veterinaria, para luego ir a vivir en una casa de acogida, pasados cinco días pudo acceder a duras penas y dar un paseo.
Una aparición fortuita provocó la reacción tan esperada, Roxy se puso de pie y caminó por sí misma para acercarse a un gato, su actitud era de curiosidad y amigable. De no haber sido por el gato que es un residente permanente del lugar y ese día pasó caminando por el borde de la ventana, ella podría haber permanecido así por mucho tiempo.
Fue un grato descubrimiento, el personal hizo que se reunieran y tuvieron varias interacciones supervisadas, quedaron sorprendidos al darse cuenta que definitivamente ella era “buena con los gatos” y esto fue lo que escribieron en su perfil de la página de Karma Rescate. Una pareja leyó lo que le pareció música para sus oídos y decidieron ayudar a Roxy contactándose para saber si podían adoptarla.
Sharra y Glenn tenían tres gatitos y un adorable Pomerania, una miniatura de nombre Kasey que contaba con todas las características de ser un perro alfa. Aunque no tenían la creencia de ver a los pitbull como perros de lucha, sabían que debían ser cuidadosos y tomar las previsiones necesarias para que Roxy fuese aceptada y se sintiera a gusto al igual que todos los miembros de la familia.
En el refugio le advirtieron sobre el grave problema de miedo de Roxy, en lugar de sentirse intimidados decidieron continuar con el proceso de adopción, «Hay problemas con los que uno no se sentiría cómodos asumiéndolos, pero el miedo no era uno de ellos. Yo sabía en mi corazón que podíamos ayudarla”, dijo Sharra.
Había otro paso importante que dar y era reunir a Roxy con Kaseey, acordaron una primera cita en un parque público, ella fue capaz de caminar con correa pero temblaba, aun así el encuentro resultó exitoso, se sometió a la autoridad alfa de Kasey sin inconvenientes.
Pasaron a programar una visita en la casa de Malibú, para que pudiesen jugar con la participación de los gatos. ¡Prueba superada! Se llevaron bien, oficialmente Roxy pasó a ser parte de la familia.
Todo en su vida iba mejorando a excepción de su terrible pánico, que seguía invadiéndola cada instante, comenta Sharra que “no quería caminar, daba unos pasos y eso era todo, se quedaba postrada en el suelo, era como llevar un tren de carga”, todo le daba temor: autos, basureros, hasta sentir la brisa. Igualmente en la casa le asustaban las luces, los muebles y ruidos fuertes.
Tuvieron que buscar ayuda profesional, el entrenador de perros Manuel Hernandez les prestó el apoyo para ayudar a Roxy a enfrentarse a situaciones que la aterrorizaban. Todos estarían dispuestos a hacer lo necesario sin importar el tiempo, siguiendo las indicaciones la animábamos como locos, felicitándola cada vez que daba un paso.
Tomó mucho tiempo para que poco a poco ganara la confianza perdida, pero finalmente se llenaron de alegría al ver que lo había conseguido. Cada vez disfrutaba más de las salidas.
Después de cinco meses, Roxy estaba de paseo y realizó por primera vez todo el camino hasta la playa de Malibú, la emoción era tanta que Glenn le envió fotos a su esposa, “le tomó 45 minutos para llegar allí, por lo general se recorre en 10 a 15 minutos, pero eso era un gran progreso” comentó Sharra, «Roxy no sabía muy bien qué hacer con el agua, pero sin duda se divirtieron corriendo en la arena».
Ahora la vida de Roxy es toda una aventura cuando va al parque y por supuesto a la playa de Malibú. «Ella todavía tiene miedo cuando la traen a nuevos lugares», dice Sharra, «pero no es nada comparado con lo que era.» Esta feliz y saludable, se sienten afortunados de tenerla y recibir el cariño de su princesa.
Esta maravillosa historia te invita a compartir un mensaje para todos los que hemos tenido que enfrentar situaciones de miedo, esta pareja que adoptó a Roxi no tuvo temor en afrontar el reto de ayudarla a superar su grave problema emocional, ya el mundo no se le cae encima, domina su miedo y ¡Recorre el camino de la vida!