Las imágenes de animales cuidando de crías de otra especie suelen correr como la pólvora a través de las redes y medios locales. Aunque los expertos en comportamiento animal no tienen del todo claro el origen de este curioso comportamiento, muchos coinciden y creen que lo hacen para saciar su instinto maternal.
Dicho esto, y hablando de parejas disparejas, tenemos el caso de Meong, una perrita triste que nunca pudo ser mamá y su pollito adoptado, uno de los pocos sobrevivientes de los huevos empollados por mamá gallina.
Cuando el pequeño emplumado llegó a la vida de Meong, ella manifestó un enorme cambio de personalidad. Ya no estaba deprimida y se desvivía por darle todo su amor de madre. Lo cobijaba y cuidaba como si fuese su cría natural, y lloraba desesperada cada vez que se lo arrebataban.
Este tierno encuentro casual y de tan grandiosas consecuencias para la perrita, ocurrió en la lejana Corea del Sur. Fue captado en video y compartido a través de las redes sociales donde rápidamente se volvió viral, robándose cientos de miles de corazones.
“Meong se encariñó tanto con un pequeño pollito que lo hizo prácticamente su hijo”, se lee en uno de los comentarios a la publicación.
Resulta que el pollito superviviente fue dejado a un costado de la perrita quien, al verle, instantáneamente dejó salir su instinto maternal y lo abrazó. Y si bien la relación perro-pollo podría ser algo complicada —y hasta trágica, dependiendo del ánimo del perro—, este caso fue la excepción.
Por el contrario, Meong se dedicó al pollito, protegiéndolo día y noche. En las tardes juega con él hasta que ambos quedan exhaustos. Después se retiran a descansar en su caja de cartón que hace las veces de cama.
Pero, eso no es todo. Lo más sorprendente es que Meong comenzó a producir leche luego de hacerse cargo del ave. No sabemos si hubiera podido amamantarlo, en realidad, pero este fenómeno es tan solo una muestra de lo comprometida que está con el pollo.
“La relación entre ambos es muy especial y no admite más presencias”, escribió otro usuario.
En las imágenes también se pudo observar a un vecino quien aparece en la casa de Meong con dos cachorritos en los brazos. Su intención era confirmar si ella se encariñaba de igual forma con alguno de ellos y así aprovechar de sacar la leche materna que se estaba acumulando en las ubres de la peludita.
Nada qué hacer. La perrita dejó bien claro el orden de sus prioridades: cuando le acercaron a uno de los perritos, ella lo apartó rápidamente de un mordisco. Su inmenso amor estará dedicado solamente para el pollito, y para nadie más. Total, él fue quien le mostró lo que significa ser madre, de alguna manera. ¿O no?
Y es que, las crías enternecen a los mamíferos, y las formas redondeadas y los ojos grandes de los cachorros despiertan, a su vez en quien los mira una respuesta emocional. Por eso, ambos son tan cercanos y tan felices juntos. Son madre e hijo sin lugar a dudas.
Comparte esta hermosa historia que nos regala nuestro precioso Reino Animal con tus seres más queridos. No importa la especie que sea, aún no se ha descubierto lugar más bello en el mundo que los brazos de quien nos ama.