Muchos piensan que todo el mundo se derrite cuando ve a unos cachorritos indefensos pero por duro que suene esto no siempre es así. Hay personas con el corazón tan duro capaz de deshacerse de las criaturas por considerarlas un problema y de este modo sucedió con Mamá Paris y sus tres cachorritos: Tito, Messi y Love Bug.
Estos amiguitos hubiesen tenido un futuro lamentable de no haber sido por la ayuda de un oficial de control de animales de Richmond, Virginia.
El hombre los recibió cuando tenían sólo 10 días de nacidos, después de que la familia responsable determinara que Paris y sus perritos eran un “paquete” demasiado grande para ellos.
Algo que no pensaron los voluntarios de Richmond Animal Care and Control (RACC), quienes admitieron a la familia después de que el oficial les informara del caso.
Ver a estos amiguitos era llenarse de ternura, por eso no bastó mucho tiempo para que la familia entera encontrase un hogar.
Se trata de la casa de la fotógrafa Kelly Frankenburg, quien decidió brindarles esa familia que se les había negado.
Kelly junto a su esposo han estado colaborando con el RACC e intentan involucrar a su hijo para enseñarles sobre el valor y el respeto a la vida.
Para ella no hubo mayor oportunidad de enseñarles valores a sus hijos que con el cuidado de Mamá Paris y sus cachorritos.
«Quiero enseñar a nuestros hijos la compasión y el cuidado de los animales. Crecí rodeada de animales y te enseñan mucho sobre responsabilidad y respeto», dijo Frankenburg.
En el refugio todos se emocionaron por la decisión de Kelly, pues estaban conscientes que ese ambiente sería mejor para los tres cachorritos.
“Un ambiente hogareño es mucho más silencioso y amable. Le puede dar más a esos animales que necesitan una pata generosa y un lugar para prosperar”, dijo Christie Chipps Peters, el director del refugio.
La idea de Kelly realmente funcionó pues su hijo Jack, de 9 años, comenzó a involucrarse con los perritos desde que iban en el automóvil y ya ha tomado algunas responsabilidades con los canes dentro del hogar.
Kelly es fotógrafa de recién nacidos y con los pequeños en casa se animó a experimentar algo que no había hecho antes: una sesión para los cachorritos.
Frankenburg decidió llevarlos al estudio y allí comenzó la sesión ¡Claro! No antes de que Mamá Paris diera la autorización. La perrita inspeccionó el lugar y parece haber estado de acuerdo con el plan, pues simplemente se echó a disfrutar también de la nueva experiencia.
«Mamá me siguió al estudio y vigiló a los cachorros durante unos cinco minutos. La dejé oler e investigar la situación. Supongo que lo aprobó, porque salió de la habitación y la encontré dormida en el sofá», dice Frankenburg.
Las bellas imágenes de esta sesión de fotos han sido compartidas con la intención por parte de esta fotógrafa.
Ella desea que a través de su trabajo artístico y su historia la gente pueda ver lo bello que son los animales y que sólo necesitan de nosotros para cuidarlos y hacerlos felices: «Quiero crear conciencia sobre todos estos maravillosos animales de refugio que necesitan buenos hogares”.
Como Kelly cualquiera allí afuera puede ayudar a un can en apuros. Comparte esta nota sobre la hermosa sesión y que la carita de estos peluditos incentivos a otros a ayudar.