Los perros son seres tan especiales que crean fuertes nexos de amor con todas las personas que los rodean. Luna es una tierna bull terrier cuyo pasatiempo favorito es simplemente estar con su familia y cuando por alguna u otra razón sus padres no se encuentran en casa con ella, la pequeña acude a una ingeniosa táctica para no deprimirse.
Luna recientemente ha cumplido tres años de edad.
Justin siempre supo que la compañía era una de las cosas más importantes para Luna, pero no se había dado cuenta hasta qué punto eso era vital para la perrita, hasta que la encontró de una forma muy particular al llegar a casa.
Justin y su esposa adoptaron a Luna unos meses después de casarse.
Era un día en el que la perrita se había quedado sola por tan sólo 30 minutos, pero parece que había entrado en pánico y comenzaba a preocuparse seriamente por su familia.
“Creo que entró en pánico y pensó que la habíamos abandonado. Me rompió el corazón”.
Cuando Justin volvió encontró a Luna sumamente triste en su cama rodeada de diferentes zapatos que había tomado de todos los rincones de la casa. Todo apuntaba a que si la perrita se veía rodeada de los zapatos de sus dueños, se sentía mucho menos triste y así podía afrontar la soledad hasta que todos lograran volver a casa a darle mimos.
Luna vive con sus dueños en Michigan, Estados Unidos.
Luna tenía la costumbre de enfrentar la ansiedad de quedarse sola mordiendo los zapatos de sus padres y con el tiempo logró reunir una notable colección de todo tipo de zapatos marcados con sus pequeñas mordidas.
“Si la dejamos 5 minutos o 1 hora siempre la encontramos rodeada de zapatos. Después de todo lo que ha pasado no nos molesta. Ella puede tener los zapatos que quiera”.
Con el tiempo Luna ha aprendido a no morder los zapatos, pero todavía adora verse rodeada de ellos cuando se queda sola, así que su familia no tiene ningún problema en dejarle un oloroso zapato para que no se sienta sola una vez que tienen que dejar la casa.
En algunas ocasiones Luna ha escondido los zapatos y sólo los encuentran semanas después.
Lo mejor de todo es que la familia ha crecido y ahora Luna tiene dos hermanos humanos. Al principio sus padres se preocuparon de que la perrita se sintiera celosa o desplazada, pero ha resultado ser una amorosa hermana que adora cuidar a los bebés.
“Ella es muy amable con nuestros bebés. Somos muy afortunados de tenerla en la familia”.
Luna está más que contenta de ver la familia crecer, ya que eso sólo significa muchos más zapatos olorosos disponibles una vez que se encuentre sola en la casa.
Te invitamos a compartir esta adorable historia que demuestra lo amorosos que son los perritos.