De nuevo traemos una de esas historias que nos recuerdan que no hace falta ser un bombero, oficial o rescatista, para poder asistir, ayudar y salvar a nuestros peludos amigos, que por razones incomprensibles, se encuentran abandonados a su suerte en este mundo tan cruel.
Georgina Milhet estaba de paseo a caballo con su sobrino. Ambos habían ido a cabalgar y estaban de regreso hacia su hogar, en los suburbios de la Florida, en Estados Unidos. La mujer afirma que decidió tomar una ruta bastante descuidada y llena de lodo, algo que nunca había hecho, alejándose rápidamente de toda forma de civilización y rodeada de granjas y propiedades extensas.
Los graneros quedaron a kilómetros de distancia por el camino tan estrecho que habían escogido para volver a casa. En dicho camino encontró una jaula que parecía abandonada, pero lo impactante era lo que se hallaba dentro de ella… Un animal, que al principio pensó que era un zorro, debido a las condiciones en las que se encontraba.
“Lo primero que noté fue esta jaula y a ese pobre perro con su lengua afuera dentro de ella”, explicó Milhet. Para su sorpresa no era un animal salvaje, era un perro raza Husky el que se encontraba confinado en una jaula que parecía de gallina.
“Inmediatamente me bajé del caballo y le pedí a mi sobrino que me diera la botella de agua, me acerqué hasta su jaula para ver cómo reaccionaba, el pobre animal con su lengua afuera y moviendo la cola se tomó toda la botella”, agregó la mujer.
Una vez que tomó el agua, el pobre perro gateaba arrastrando su estómago en la jaula para intentar salir. Es entonces cuando Georgina logró liberarlo de su encierro. Aunque ahora se encontraba libre, ella pudo rápidamente notar que algo malo estaba pasando con él.
“Me dije, oh dios, este perro no puede caminar. Pensé que se encontraba herido o lo habían atropellado”.
Las cuatro patas del animal se encontraban dobladas en ángulos muy extraños. El Husky prácticamente gateaba o caminaba soportando todo su peso sobre sus rodillas y codos. Tenía heridas que sangraban en sus patas y estómago.
Georgina se encontraba sorprendida por esta mascota negligentemente abandonada y forzada a vivir -quién sabe por cuánto tiempo- en una jaula sin agua ni comida.
“He visto cosas que han ido más allá de mi comprensión, pero nunca había visto algo como esto”, comentó Milhet, mientras explicaba las terribles condiciones en las que se encontraba el animal.
Su sobrino sugirió regresar después por ella, con el auto, pero el corazón de Georgina no pudo soportarlo. “No podía dejarla allí, estaba moviendo su cola”, dijo. Entonces ella con la ayuda de su sobrino, montaron al Husky en el caballo y se lo llevaron a casa.
Una vez en casa, lo bañaron y la bautizaron “Lucky”, gracias a la suerte que tuvo de ser encontrada. Debajo del cuerpo del animal había muchas heridas debido a la jaula de alambre, pero a pesar del dolor ella nunca dejó de mover su cola.
En un vídeo publicado en Facebook por Cindy Cooley, una amiga de Georgina, pueden verse las condiciones del Husky y cómo se encontraba con dificultad para caminar.
Publiée par Cindy Muniz Cooley Rapoport sur Dimanche 10 juin 2018
El vídeo que rápidamente se volvió viral llamó la atención de un grupo de rescate de la raza Husky, GTS Husky Rescue, quien decidió apoyar a la mujer en los tratamientos y exámenes que Lucky necesitaba. En la clínica veterinaria le informaron que hacía bastante tiempo el Husky no estaba comiendo de forma regular, que tenía entre 2 y 3 años de edad, y en unos rayos X se revelaron varias deformidades en las patas de la perrita.
Aunque los médicos veterinarios no podían afirmar con exactitud qué causaron esas deformidades, se cree que quizás fue el encierro en la jaula lo que afectó su crecimiento, heridas que nunca fueron tratadas, o hasta pudo haber nacido de esa forma. Y aunque no puede hacerse nada por la mascota, esperan que cuando esté recuperada completamente, puedan darle unas prótesis que la ayuden a dejar ese horrible pasado atrás.
“Ella quiere besarte, quiere abrazarte. Después de todo por lo que ha pasado, sigue siendo el más dulce de los animales”, terminó Milhet.
Por lo pronto, Lucky sigue recuperándose en el rancho de Husky Rescue, donde es querida y alimentada por los voluntarios en dicho recinto y puede disfrutar de un ambiente en casa y sentirse finalmente feliz.
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