No podemos negar que todo amante de los perritos siempre hará lo posible por verlos feliz y consentirlos en todo el sentido de la palabra, es por ello, que muchas personas deciden llenar la casa de juguetes para que los hermosos peluditos puedan jugar y distraerse.
También sabemos que una vez que los perritos identifican los juguetes como suyos se vuelven muy celosos con los preciados objetos, a menos que quieras jugar es mejor respetar lo que ellos consideran su nuevo tesoro.
Los juguetes para nuestro peludito son su cosa más preciada.
Penny es una adorable perrita que desde que llegó a casa fue tratada como un miembro más de la familia, rodeada de personas que la aman incondicionalmente y están dispuestos hacer todo por ello.
Disfruta plenamente de la casa y todos sus juguetes, en especial del patio trasero, un lugar que Penny ha considerado como su espacio personal de diversión donde sabe que sus juguetes están a salvo. Sin embargo, un día ocurrió algo que desconcertó por completo a la inocente Penny.
Penny tiene un juguete de peluche que es su favorito.
Recientemente, la familia recibió una visita bastante salvaje en el patio de la casa, se trataba de un coyote que apareció de la nada cuando Penny estaba dentro. Al parecer los juguetes llamaron mucho la atención del coyote quien decidió quedarse un poco y jugar con lo más preciado que Penny tiene.
La perrita totalmente desconsolada y confundida miraba desde la ventana al visitante que no dudó en divertirse con lo ajeno.
La perrita se molestó cuando vio que el coyote tomó su peluche.
La dulce Penny al principio estaba un poco desconsolada, pero al ver que el coyote tomó uno de sus juguetes y comenzó a correr de un lado para otro, comenzó a ladrar mientras sus padres humanos intentaban calmarla.
La joven pareja grabó parte del encuentro de coyote con los juguetes de Penny donde evidentemente podemos notar que la dulce perrita no estaba para nada contenta que se metieran con sus juguetes preciados.
Ningún juguete sufrió graves lesiones.
Por suerte, después de unos minutos el coyote decidió marcharse y la familia salió para ver el estado en que habían quedado los juguetes. Afortunadamente, no tuvieron mayor daño y Penny sigue disfrutando de ellos, aunque ahora quizá sabe que en el patio no están tan seguros como ella creía.
Si bien para la dulce perrita fue muy difícil ver a un total extraño tomar sus juguetes, nos alegra saber que los coyotes por salvajes que parezcan también pueden divertirse.
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