La lealtad es la carta de presentación de los caninos y en esta ocasión una perrita fiel ha emocionado a todos en redes sociales, pero especialmente a los trabajadores del hospital por su nobleza. Su nombre es Lucimara, una mestiza color caramelo a la que no le gusta separarse de su dueño.
La perrita fiel sintió que su mundo se destruía al ver arrollado al hombre que le da tanto amor.
El hecho ocurrió en Santa Casa de São Paulo, en el barrio de Santa Cecília, en el centro de São Paulo (Brasil). Un hombre sin hogar ingresó a la emergencia del hospital, tras ser arrollado la madrugada del domingo 6 de febrero.
Los galenos de guardia lo atendieron y dada su condición creyeron que ningún familiar iría a visitarlo, pero estaban muy equivocados. A las afueras del centro de salud se encontraba la perrita fiel y compañerita del hombre.
Lucimara es una canina con una esperanza tremenda y un muy buen genio.
Con su nobleza y su acto de amor, esta perrita fiel supo cómo ganarse a las personas en el lugar. Tanto los empleados como los familiares de los otros pacientes se sorprendieron con el caso y decidieron prestarle apoyo a la Lucimar con mantitas, comida y agua para hacerle más amena la espera.
La peluda descansaba por ratitos, mientras su dueño se recuperaba.
El médico de emergencias Fábio Agostini do Amaral Gomes reveló que el dueño de Lucimar tiene discapacidad visual y la perrita fiel le servía de guía.
«Llegó un paciente traumatizado y la dificultad es que tiene deficiencia visual, pero una perrita venía con él. Hubo una conmoción entre todo el equipo.
Justo al llegar, todos se preocuparon por el paciente, pero también notaron a la perrita desesperada sin dueño.
Él estaba dentro de un servicio de emergencia que es un referente traumatológico y tenía la dificultad por ser invidente”, explicó.
Al ver la actitud de la perrita fiel y del propio paciente, el personal administrativo se conmovió y optó por identificar a Lucimar con correíta para evitar que se extraviara durante la espera.
Pero eso no fue todo, sino que incluso le permitieron hacer visita a su dueño. De algún modo ella se había ganado ese derecho y los médicos accedieron a respetárselo, por su bienestar y el del paciente.
El encuentro fue emotivo para todos.
Desde el primer momento en que fue separada de su dueño, Lucimar se mostró inquieta y ladraba mucho desde la puerta de emergencias, pero todo eso cambió cuando pudo verlo.
“Es muy delicado el hecho de tener a un animal en el hospital, pero la separación era mala para los dos.
No cabía duda de que en este caso, de una persona con discapacidad visual, que estaba en un lugar ruidoso, lo mejor era tener a su compañera al lado y le redujo la ansiedad, le quitó la tensión, e incluso generó preocupación en todo el equipo, que generó mucha felicidad”, explicó Gomes.
Una vez la perrita fiel entró a la sala los médicos se aseguraron de que no molestara a los otros pacientes ni causara destrozos, pero además la peluda era muy dócil y obediente. Durante los dos días que el hombre estuvo en el hospital, esta pequeña lo acompañó y cuidó como si de un familiar se tratara.
El indigente no tuvo nada que envidiarle a los demás paciente en ese sentido, pues tuvo la compañía del ser más leal que ha conocido: su perrita.
Después de recibir el alta, el indigente fue contactado por protección civil para brindarle apoyo y ayudarle a salir de las calles pero el hombre no estaba convencido.
Los médicos desconocen qué más pudo suceder con el paciente, era claro que necesitaba ayuda pero se aferraba a no dejar sola a Lucimara y la perrita fiel tampoco pretendía separarse de él.
Estas son la clase de historias que nos conmueven, para nuestras mascotas no importa el dinero, ni las circunstancias sino el amor y eso lo deja claro esta canina fiel.