La amante de los perros Misha Rackcliff Hunt, de 28 años, le ha dado una segunda oportunidad a una perrita dálmata que se ha convertido en el nuevo centro de su vida. En pocos meses, Emma Roo se volvió el gran amor de Misha, quien la adoptó el año pasado y no pudo dejar de sorprenderse con su triste historia.
Misha y la dálmata son ahora un gran equipo y luchan por dejar todo lo malo atrás.
Esta dálmata es uno de los miles de perritos que viven una verdadera pesadilla en los mataderos de carne de perro en China.
Emma fue rescatada en el 2017 cuando tenía aproximadamente 8 semanas de vida, para ese momento los desalmados traficantes le habían amputado sus patas delanteras.
Las orejitas y parte de la cola de Emma habían sufrido el mismo destino.
Esta valiente criaturita se sobrepuso a mucho dolor y luchó por salir adelante. En el momento de ser rescatada fue enviada a un centro veterinario en Beijing, en el que los médicos descubrieron un defecto en una de sus patas traseras.
Según comentaron los especialistas, la perrita pudo haber perdido sus extremidades de manera intencional. Al parecer en este «comercio» suelen hacer amputaciones sin anestesia porque en el proceso la criatura libera adrenalina, una sustancia que hace más blanda la carne del animalito.
Por fortuna, Emma soportó los días necesarios para ser rescatada.
Tras dos años de pasar por diferentes centros, la peluda llegó a una organización sin fines de lucro con sede en el sur de Florida. Se trata de Dalmatian Rescue, cuyos voluntarios fueron los encargados de reunir a Emma con Misha, después de que la mujer viera a la peluda en la página web de la organización.
Desde ese momento el panorama cambió completamente para la dálmata.
“Recuerdo haber visto a Emma por primera vez en línea: tiene los ojos de color ámbar más humanos que jamás haya visto. Ni siquiera pensé en la logística. Sabía que esta perrita me fue enviada por una razón”, dijo Misha.
La dálmata legó a los Estados Unidos, sólo unas semanas antes de que el país entrara en cuarentena por el COVID-19, y a desde ese momento inició una lucha por adaptarse a su nuevo hogar.
Emma dio la vuelta al mundo para encontrar la verdadera felicidad.
Misha reveló que la perrita es bastante temerosa, se asusta con los ruidos fuertes de maquinarias o motosierras, así como de algunos hombres pero están trabajando juntas para que supere sus traumas.
“Ella también puede desconfiar de los hombres, así que elegí un masajista masculino al que le encanta ver semanalmente. Realmente ha cambiado su comportamiento”, expresó.
Desde hace más de un año que comenzó la carrera de Misha por mejorar la calidad de vida de Emma y ella no sólo la ha llenado de amor, sino que busca los medios para que la dálmata se recupere de su dolor.
¡Vamos querida, que tú puedes recuperarte!
A través de la organización Joey’s PAW, de la cual la mujer es ahora embajadora, pudo contactar con Derrick Campana de Bionic Pets, quien le proporcionó una prótesis hecha a su medida.
Además, gracias a una recaudación de fondos en línea miles de personas se conmovieron con la historia y ayudaron a esta dálmata a obtener una silla para movilizarse sin dolor.
Esto ha sido una gran ayuda para la peluda.
La recuperación de Emma continúa, pues la adaptación a su prótesis y a su carrito no ha sido sencilla pero esta dálmata sigue dando todo de sí.
Con mucho esfuerzo ha logrado dar pasitos.
Misha lleva a Emma semanalmente a una piscina para perros local en la que recibe terapias de agua y masajes que la están ayudando a liberar la tensión de los músculos de su espalda. Aunque el camino aún es largo, estamos seguros que lo peor ha pasado para esta indefensa perrita cuya historia ahora será mucho más feliz.
¡La ambición de algunas personas no tiene límites!, pero el amor de otras puede frenar los actos más terribles de maldad y así lo demuestra la historia de superación que protagoniza Emma.