Cuando una mujer fue interceptada por una perrita necesitada, en contra de lo que un amante de los animales hubiera hecho, ella se excusó en que en su casa no había espacio para una mascota más. Y pasó de largo…
A diario las personas se enfrentan con diferentes situaciones que les permiten demostrar de qué están hechas. Son muchas las criaturas necesitadas en este mundo, pero pocos los samaritanos dispuestos a ayudar.
Por eso no es de extrañar que alguien pase de largo frente a la necesidad del otro, y esto fue lo que estuvo a punto de hacer una brasileña, pero por fortuna se reivindicó y corrió al socorro de quien la necesitaba.
Esta mujer es la rescatista Karine Souza, quien decidió contar su historia.
Como todo el mundo, Karine conoce perfectamente la cruda realidad que vive un perrito callejero pero nunca antes se había decidido incursionar en el rescate, sino hasta que conoció a una peluda que la quebró.
La mirada de la perrita se quedó clavada en su memoria.
Una mestiza de pelaje negro con manchitas brancas y marrón se cruzó en su camino como suplicándole ayuda. Karine la observó pero con otros cuatro perritos en casa, pensó que no tenía los recursos ni el espacio para abrigar al animalito.
Tristemente, la mujer decidió no socorrer a la perrita
No obstante, esa carita suplicante de cariño se quedó grabada en la mente de Karine y tras haber recorrido un tramo de su camino, la mujer decidió regresarse. Souza no podía continuar con la culpa de no haber ayudado al animalito.
Karine condujo al lugar donde la había visto con la esperanza de que la perrita aún estuviese allí. Si la peluda no estaba, pues no hubiese podido ayudarla pero al menos iba a hacer el intento.
Regresar fue sin duda la mejor decisión.
Para su sorpresa, la perrita estaba aún allí y en ese momento entendió que no era precisamente una callejera, sino que alguien la había abandonado. La pobre esperaba pacientemente a su familia.
“Avancé 2 km y volví a buscarla. Cuando regresé, ella estaba sentada en medio de la pista, paré el auto, llamé y vino corriendo”, relató la rescatista.
La perrita parecía feliz de que alguien la hubiese tomado en cuenta, sabía que Karine iba a ayudarla aunque no supiese de qué manera. Según comentó la mujer, la canina parecía haber creído que ella la llevaría a antigua casita pero eso era imposible.
“Lloró durante 3 noches seguidas extrañando a sus antiguos dueños, pero luego se detuvo y se dio cuenta que estaba a salvo y que ya no sería abandonada”, dijo Karine.
Con más peludos en casa, la mujer intentó dar a la perrita en adopción pero el destino decidió que se quedara a su lado para toda la vida y ahora es parte de su familia.
“Intenté donarla en la primera semana, pero nadie quería, después se quedó, se quedó… Hoy destruye la casa, ladra a los pájaros, las mariposas , los mosquitos, se pasa toda la noche jugando y destrozando cosas, corre todo el día, ladra más que nada”, dijo Karine, entre risas.
Souza bautizó a la perrita como Stella y con su historia le ha demostrado al mundo cómo se convirtió en una rescatista independiente.
Desde esta experiencia, a la joven se le hace bastante complicado ver a un animalito en necesidad y no ayudarlo. Stella cambió su vida y para ella ha sido todo un regalo. Recuerda con mucho dolor y arrepentimiento, cómo estuvo a punto de no salvarla. Y desde entonces, hace todo lo que puede cuando ve a un animal en apuros.
Todos podemos hacer felices a quienes tanto nos necesitan. Ni siquiera es necesario siempre adoptar uno, con tal de ofrecerles una mano amiga en el momento más crítico, habremos hecho bastante salvando una vida.