Perrita ciega no puede contener su emoción cada vez que siente la nieve

Mackenzie es una perrita ciega que ha demostrado ser toda una guerra, una peludita especial que desde muy pequeña aprendió a superar obstáculos y disfrutar de la vida pese a todas las dificultades.

Y es que si algo debemos aprender de los animalitos con necesidades especiales es nunca se dan por vencido, y nuestra hermosa protagonista es un ejemplo de ello.

Quedó ciega cuando solo era una cachorrita.

ciega

Esta adorable bola de pelos llegó a casa de Mandy Leung cuando solo tenía 10 semanas de edad, aunque lucía completamente saludable su campo de visión era muy limitado, esto llamó por completo la atención de su madre quien decidió hacer una serie de exámenes.

Al poco tiempo Mandy descubrió que el nuevo y consentido miembro de su familia sufría de un glaucoma ocular, esta enfermedad afecta el nervio óptico de las mascotas, si no se trata a tiempo puede producir ceguera permanente.

Una perrita ciega que nos recuerda que no hay límites para ser feliz.

Desafortunadamente, a tan solo un mes de ser diagnosticada, Mackenzie quedó completamente ciega. Debido a su condición necesitó de ciertas atenciones especiales mientras se acostumbraba a su nueva realidad.

Que haya quedado ciega desde muy joven le permitió adaptarse con mayor facilidad a su entorno, además la pérdida de su visión potenció sus otros sentidos.

No puede contener su emoción cada vez que siente la nieve.

Esto hizo que Mackenzie pudiera disfrutar de una vida completamente normal, no solo contaba con el amor incondicional de su madre, sino de sus amigos peludos quienes siempre lo acompañaron en su etapa de adaptación. Al respecto Mandy escribió:

“¡Se desplaza perfectamente por lugares nuevos y puede jugar a buscar como un perro normal!”

Que sea una perrita ciega no limita a Mackenzie, todo lo contrario ha aprendido hacer muchas cosas y tiene una gran habilidad para adaptarse a lugares nuevos.

“Me encanta llevar a Mackenzie a nuevos lugares para explorar. Nuevos parques para perros, nuevas rutas de senderismo. Quiero exponerla a tantas cosas nuevas como pueda, de esa manera ella puede experimentar las cosas que hacen los perros normales. Incluso si no puede ver el hermoso paisaje, puede oler todos los diferentes aromas y simplemente absorber todo”, destacó Mandy.

La condición de Mackenzie no la limita a actuar como cualquier otro perrito, aunque no los pueda ver tiene un instinto superior y muchas veces termina haciendo lo mismo que sus amigos peludos. Puede ser tan inteligente y hábil que en ocasiones Mandy olvida que es ciega.

“Incluso olvidó que es ciega porque a veces gira su cabeza en dirección a mis ojos”, dijo Mandy.

Esta hermosa bola de pelos parece comprender que una vez que se sale de casa existe un mundo de posibilidades para hacer travesuras y contemplar a su manera todo lo que la rodea, le encanta jugar en el parque, acurrucarse con su madre y dar largos paseos.

“Mackenzie es muy callada en casa pero es muy tonta y traviesa afuera. Ella es la cachorra más amigable, nunca ha conocido a nadie que no le guste”, destacó Mandy.

Si bien esta dulce perrita ha aprendido a disfrutar de todo lo que está a su alrededor e insiste en ser amigos de todos, hay algo que la emociona aún más y hace que desborde felicidad: la nieve.

No dejó que su ceguera se interpusiera para vivir al máximo.

Esta esponjosa y traviesa perrita tiene cierta fascinación por la nieve, así que pasa todo el año esperando su estación favorita.

Cuando llega el invierno y las calles están vestidas de blanco Mackenzie no puede contener su emoción y entre alegres saltos y agitados movimientos de colita da rienda suelta a toda su felicidad.

Aunque no pueda verla solo basta que siente un copo de nieve en su cara y bigotes para que tenga la reacción más adorable. Mandy comenta al respecto:

“La nieve es una de sus cosas favoritas y nunca quiere entrar si hay nieve afuera”.

Afortunadamente, su pelaje es muy resistente a las bajas temperaturas, así que su madre la deja jugar durante horas afuera. Aunque convencerla para regresar a casa es un reto, todo vale la pena con tal de ver a su perrita feliz disfrutando de algo tan sencillo y magnifico como la nieve.

Su espíritu de resistencia nos recuerda que no es la más fuerte, ni la más inteligente especie la que sobrevive, sino aquella que adaptándose a los cambios puede seguir siendo feliz y disfrutando de la vida. ¡Cuánto nos queda por aprender de estos adorables animalitos!

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