En estos tiempos en los que las fuentes de ingresos económicos son cada vez más limitadas hay que valorar y aplaudir los gestos de generosidad que las personas tienen con los más necesitados. Y hay una perrita en Perú que ha sabido muy bien cómo agradecer todo lo que hacen por ella.
Su nombre es Lazzy y está agradecida con el dueño de un restaurante que se ha convertido en su protector.
Quien ayuda a estas criaturas tiene ganado el cielo.
El local se llama «Ajilalo» y está ubicado en el distrito de Ate, en Lima (Perú). Su propietario se encarga de recoger todas las sobritas que quedan al final del día para calmar el hambre de los callejeritos de la zona.
Entre los perritos que se benefician con este noble gesto está Lazzy.
Incluso antes de que este buen samaritano abriera su local solía alimentar a los animalitos sin hogar que veía en la calle. El hombre prefirió mantener su nombre bajo anonimato pues no espera ningún reconocimiento.
“La verdad mucho antes de poder tener ese pequeño negocio, siempre con mi familia ayudábamos a los perritos de mi zona, pues ahora gracias a Dios con ese pequeño local que tenemos, podemos ayudar un poquito más”, comentó el sujeto.
Los perritos que llegan a este restaurante en busca de comida se vuelven parte del lugar pues se acostumbran a visitar constantemente. El dueño ha tenido varios peluditos queridos en los cuatro años que lleva con su negocio y una en especial robó su corazón.
Con estos platitos se alimentan los callejeritos.
Se trataba de Princesa, así la bautizó, pero la perrita murió hace poco de vejez y ahora es Lazzy quien lidera en su corazón.
“Antes que llegara Lazzy había una perrita que nos acompañó por más de 1 año, ella se llamaba Princesa (ella murió de viejita) era la engreída del local, siempre llegaba a la misma hora todos los días, plan de 6:30 pm que era la hora de abrir el local”, recordó.
Lazzy suele llegar acompañada y siempre hay un plato de comida para ella y sus invitados. Aunque este hábito no debe confundirnos, pues la perrita es bastante educada y espera pacientemente frente al local sin perturbar a los clientes.
Lazzy se sienta en dos patas a esperar pacientemente y guarda su distancia, pues sabe que los humanos están en cuarentena.
Mira lo educada que es esta señorita.
Este propietario está enamorado de la educación que demuestra la peluda y ha invitado a todos los dueños de negocios a apoyar a los más necesitados en estos momentos difíciles para todos.
“Sería espectacular que otros restaurantes puedan imitar estos actos positivos, muchos negocios de comida, se podría decir la mayoría, tiran toda la comida sobrante”, comentó.
Este hombre no miente, en ocasiones son varios los kilos de comida que se desechan y con ella podrían aliviarse tantos peluditos. Aplaudimos con entusiasmo a estos buenos samaritanos pero además a esos perritos como Lazzy que saben reconocer todo lo que la gente puede hacer por ellos, cualquier gesto es más que agradecido por estas criaturitas.
Que la vida le multiplique a este buen hombre y su familia por su hermoso gesto, comparte esta historia y contagiemos a todos de ideas positivas.