Toda perrita sin hogar espera ansiosamente la oportunidad de cambiar su vida, una en la que sí pueda vivir con dignidad y ser llenada de cientos de mimos que le recuerden lo especial que es. Tal como sucedió a una indefensa peluda en Costa Rica.
La perrita esperaba ser rescatada de las calles
Si las carreteras de todo el mundo pudieran hablar, narrarían las historias de cientos de animales desamparados que deambulan por ellas, aguardando ser auxiliados para mejorar su calidad de vida.
Tania Cappelluti vive en Costa Rica y es fundadora de la organización a favor de los animales Charlie’s Angels Animal Rescue. Conducía tranquilamente su automóvil cuando se percató de la presencia de una escuálida perrita que desfallecía bajo el intenso sol.
Sin pensarlo, dejó todo y descendió de su vehículo para poder auxiliar a la peluda, brindándole un poco de agua y alimentos. Sin embargo, ese gesto de amistad era algo completamente nuevo para la perrita; era demasiado tímida y estaba acostumbrada a ser ignorada por lo que no aceptó el agua.
Ese fue el primer acercamiento entre Tania y la perrita. La rescatista no estaba dispuesta a dejarla seguir padeciendo, así que subió a su automóvil para volver con la ayuda de integrantes de otras asociaciones y refugios de animales.
“Decidimos ir a buscarla de nuevo, esta vez con la ayuda de Olivia y Blendan. Janina de Osa Peninsula Rescue & Adoptions me dijo que la podía llevar a Finca Morpho, a una casa temporal”, narró Tania.
De vuelta en la carretera, Tania y sus amigos bajaron de su vehículo y fueron recibidos por la perrita de la forma más emotiva. Esta vez, la pequeña entendió que aún existen personas buenas; estaban ahí para ayudarla y eso la hizo llorar de alegría y agradecimiento.
“Cuando salté fuera del automóvil para ver cómo estaba, ella inmediatamente cayó al suelo y comenzó a llorar”, recordó la rescatista.
Los rescatistas quedaron inmensamente conmovidos con la reacción de Gaia, así decidieron llamarla de forma cariñosa. Necesitaba ayuda urgente; tenía bajo peso, estaba terriblemente deshidratada y tenía muchas pulgas y garrapatas.
La inocente Gaia estaba tan agotada que casi no podía sostenerse. Pero su situación no repercutió en su bondadosa alma que estaba deseosa de recibir y dar amor. Bastaron algunos cuidados y mimos para que lograra transformarse radicalmente.
«¡Era tan dulce y gentil que todos nos enamoramos de ella de inmediato!», señala Tania.
Todo el amor recibido hizo que la pequeña recuperara el brillo en sus ojos y piel. Estaba lista para encontrar un hogar definitivo, así que fue trasladada a una bella granja hasta que le encontraran un buen humano dispuesto a cuidar de ella para siempre.
Afortunadamente, muy pronto una buena mujer, originaria de Francia, se enterneció con la historia de Gaia y decidió adoptarla para compensarla con mucho amor. Ahora vive en la región de Puerto Jiménez, disfruta viviendo en una enorme casa y hasta ha aprendido sorprendentes trucos.
¡Gaia ya sabe cómo saludar con la patita!
Su nueva madre humana se llama Johanne Froment y tiene dos amorosos hermanos felinos, Tigré y Sacha, con quienes ama pasear en las paradisiacas playas del país centroamericano.
Su pasado ha quedado atrás y ahora solo se enfoca en ser feliz
Johanne está fascinada con la hermosa personalidad amistosa de la perrita. Gaia ama jugar y ser llenada de abrazos y besos, y ahora tiene una mamá dispuesta a llenarla de todo el amor que ella desee.
Sin duda, este es tan solo el inicio de una vida feliz para Gaia. ¡Felicidades hermosa, mereces una amorosa familia y mucho más!
Al igual que Gaia, en las calles se encuentran cientos de animales increíbles, deseosos de mostrar a una familia lo increíbles y fieles que son. ¡Nunca ignores a los perritos sin hogar y fomenta la adopción animal!