El destino puede prepararnos las más inesperadas sorpresas; pero lo que les sucedió a estas dos almas necesitadas: un hombre mayor enfermo y una perrita sin hogar, cuyas vidas se cruzaron de la forma más providencial, conmueve a cualquiera.
Era una noche fría cuando don Francisco, de 75 años, un hombre con Alzheimer, se perdió y se alejó de su casa. Caminó desorientado, muy confundido y sin rumbo, sin siquiera recordar dónde y por qué estaba -de la nada- en medio de un descampado con naranjos.
El suceso tuvo lugar en Burriana, Castellón (España)
Terminó atrapado en un fango, del que le era imposible salir por sí solo, le faltaban las fuerzas. Pero en esos momentos cuando pensamos que todo está perdido, surgen héroes sin capa, de esos que tienen cola y cuatro patas, para arreglarlo todo…
Fue así como una dulce cachorrita callejera, una mezcla de pitbull, de apenas 4 meses, apareció milagrosamente en la escena para socorrer a Francisco. No se sabe si nació en la calle, o fue abandonada. Pero lo cierto es que de inmediato supo que un hombre al que no conocía necesitaba de su ayuda, y ella lo daría TODO para salvarle la vida.
No dudó un segundo en tumbarse a su lado para darle calor
La familia ya había alertado a la Policía Local. Pero lamentablemente decidieron buscar en sentido contrario. Sin ninguna pista, las horas pasaban y empezaban a sospechar lo peor, por lo que comunidad entera se unió en una ola de solidaridad sin límites para dar con el paradero del pobre hombre.
«Vi más de 1.000 bicicletas, 60 vehículos, familiares y amigos llamándolo por las calles. Hubo vecinos que estuvieron más de nueve horas dando vueltas con sus coches», dijo María García, la hija de Francisco.
Pero nadie imaginó que don Francisco habría caminado tanto por sí solo, hasta terminar en tal aprieto. Finalmente, cuando la cachorrita escuchó a los patrulleros se encargó de ladrar para alertar que estaban a salvo.
Pasó más de 15 horas en la fría noche acurrucada junto a su nuevo amigo
Los Servicios de Emergencia atendieron a Francisco de inmediato, quien presentaba serios signos de hipotermia y estaba muy desorientado. El personal de la ambulancia se quedó muy impactado cuando subieron al hombre y la perrita comenzó a perseguirlos desesperadamente. Ellos se compadecieron y le permitieron acompañar a Francisco, pero sus vidas tendrían que separarse: Francisco debía ir al hospital y la perrita, ser llevada a la perrera.
Después de arriesgarlo todo no podía creer que tendría que despedirse de su amigo para siempre
Pero entonces, la hija de Francisco, no pudo menos que intervenir, al saber que ese angelito fue una heroína y su lugar debía ser sin duda al lado de su padre.
«Fue su buena estrella en esa noche oscura», dijo María. «Por eso no ha sido raro que la adoptáramos y la llamáramos ESTRELLA».
Estrella fue llevada al veterinario, donde descubrieron que seguramente por mucho tiempo no tuvo contacto humano. Además, estaba llena de pulgas, desnutrida y con falta de mucho cariño. Después de desparasitarla y curarla, sucedió el reencuentro más emotivo e impresionante que dejó sin habla a la familia de Francisco.
Cuando llegó a su nueva casa, Francisco todavía estaba en el hospital. La recibieron como una reina y por cuatro días -los más eternos para ella-, esperó a su amigo con ansias.
«Estrella corrió hacia mi padre como si lo conociera desde siempre. Le lamió las heridas que todavía tenía en las rodillas. No pude dejar de llorar», relató María.
Y después, su padre, que había pasado más de un año sin reconocer a sus familiares se emocionó al ver a Estrella de nuevo, ¡llamándola por su nombre!
Ahora Estrella está feliz de poder cuidar personalmente de Francisco día y noche, no se separa de él un solo segundo y no para de besarlo; para ella esa es su mayor recompensa, no espera nada más.
Si esta historia te emocionó tanto como a nosotros no dudes en compartirla con tus amigos, no cabe duda que el corazón de los animales no tiene límites.