Normalmente, no debe ser fácil perder a un ser querido, y mucho menos a tu compañero de cuatro patas con el cual viviste grandes momentos. Las emociones que nuestros caninos experimentan son más puras que las nuestras, si para nosotros es difícil la muerte de una mascota, imagínate cómo será para ellos perder a su hermano perruno. Mostrando su dolor, una canina no abandona por nada del mundo un objeto muy especial de su hermana fallecida.
Erik Houser y Jenifer Houser viven en Massachusetts, Estados Unidos. Este matrimonio contaba con la grata compañía de sus hijas caninas, Gracie, una poddle de 14 años, y Brandy, una bóxer, dúo que se encargó de crear grandes momentos en sus vidas.
Gracie y Brandy tuvieron casi once años perteneciendo a la familia Houser. Este par siempre andaba una al lado de la otra, a pesar de molestarse entre ellas, eran inseparables. Cuando de comida se trataba, siempre compartían, y si era su padre quien comía un bocadillo, unían sus cabezas implorando un mordisco, siempre se salían con las suyas como las mejores amigas que eran. Brandy era la protectora de Gracie, nunca dejaba que un perro se acercara a ella, siempre estaba allí para defenderla.
“Un día, un canino intentó saltar sobre Gracie, y Brandy de inmediato fue a defenderla, se colocó entre ellos como diciéndole: Oye, tú. Ella es mi hermana, solo yo puedo molestarla”, comentó Erik.
Desafortunadamente, un día Brandy fue diagnosticada con cáncer, dejando a todos devastados. No era una noticia fácil de asimilar, ella era un miembro esencial en la familia. Junto a sus padres y Gracie, la pequeña Brandy estuvo batallando durante mucho tiempo, pero su cáncer se extendió por todo su cuerpo, situación que la debilitó por completo. En sus últimos días, estas amigas estuvieron más unidas que nunca, era como si supieran que en cualquier momento tendrían que despedirse.
Y así fue, en los siguientes días Brandy se despidió para siempre de la familia Houser.
“Gracie no solía ser muy amable con Brandy, pero el día que nos despedimos de ella hizo un gesto muy dulce, se acostó encima de Brandy, ella sabía lo que venía a continuación”, expresó Jenifer.
Días después del fallecimiento de Brandy, los Houser encontraron su juguete favorito, un bóxer de peluche muy parecido a ella, así que decidieron colocarle su collar. La gran sorpresa se la llevaron después, cuando Gracie descubrió dónde sus padres habían escondido el juguete; lo llevó consigo al sofá para acostarse y abrazar al peluche fuertemente con sus patitas, gesto que rompió el corazón de Jenifer y Erik.
“Entré a la habitación y la encontré allí, agarrada al juguete de Brandy. Estaba llorando, no podía creerlo”, expresó Jen Houser.
Realmente Gracie se encontraba afectada, no era fácil para ella haber perdido a su hermana; en ocasiones, hasta buscaba a Brandy alrededor de toda la casa.
Gracias a la cuenta de Facebook de Erik Houser, podemos revivir algunos de los grandes momentos que esta familia vivió con Brandy
My fur babies…..
Publiée par Erik Houser sur Mardi 22 mai 2018
Pero no todo es oscuridad, semanas después de lo sucedido, un amigo de la familia contactó a los Houser notificándoles que no podía seguir haciéndose cargo de su perrita Layla, un mastín italiano de tres años. Preguntó si querían quedarse con ella, solicitud que aceptaron sin pensarlo mucho, esperando que este nuevo integrante pudiera ayudar en estos momentos tan difíciles.
A pesar de tener un nuevo integrante en la familia, estamos seguros que Gracie no olvidará a su hermana Brandy. Esperamos que Layla ayude a su nueva hermana a salir de este triste momento y que entre las dos puedan disfrutar la una de la otra.
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