Quienes les abren las puertas de su hogar a un cachorro saben que al recibirlas también les están entregando su corazón. Por eso, no importa el tiempo que pasen sin verse, los dueños al igual que el peludo añorarán un merecido reencuentro. Mas aún, cuando el motivo de la separación es causada por una mala jugada del destino.
De tal modo le ha pasado a una familia que abrazó a su peludo otra vez tras 8 años perdido
Cara Seiler y Kailey Kuntz viven en indiana (Estados Unidos), y en el año 2011 hicieron su primera adopción. Se trataba de una mezcla de Blue American Bulldog y Pitbull, al cual decidieron bautizar como Kemo.
El cachorro supo ganarse el amor de toda la familia y en poco tiempo era el rey de la casa.
Pero su reinado sufrió un giro inesperado en cuando el cachorro de dos años se perdió de su residencia.
Kemo dejó un gran vació en su familia, quienes no habían parado de buscarlo desde entonces. Seiler y Kailey lo reportaron como perdido y el rostro del cachorro circuló por diferentes redes sociales.
Esta fotito antigua circuló por años en las redes sociales.
Con el tiempo la búsqueda fue bajando de intensidad en las zonas cercanas, pero las chicas continuaban investigando en las listas de perros rescatados con la esperanza de hallarlo.
«Siempre habíamos esperado. Realmente nunca dejamos de buscar. Siempre estábamos mirando las publicaciones de ‘Mascotada’ por todas partes solo para ver si alguien podría haber sido él», dijo Seiler.
La perseverancia de estas mujeres dio fruto y hace unas semanas recibieron una llamada que les devolvió las almas a sus cuerpos. Kemo había sido encontrado por los voluntarios de Fort Wayne Animal Care and Control.
«Y yo dije, ‘¿Qué? ¿Qué quieres decir con que tienen Kemo?’ Es él. ‘¿Cómo que tienen a Kemo? Tienes que llamarlos’ «, Exclamó Seiler, cuando Kailey le contó sobre la inesperada llamada.
Las chicas no lo pensaron dos veces y condujeron desde Auburn hasta Fort Wayne, llorando de la emoción. Kemo había llegado al refugio como un perro callejero y al escanear su chip la organización pudo dar con el número telefónico de la familia.
Gracias a la tecnología lograron abrazarlo de nuevo.
De no haber sido por eso quién sabe cuántos años más se había esperado para este reencuentro, si es que en algún momento se había dado.
«No puedo describirlo. No puedo. Y él supo quiénes éramos en el momento en que entramos por la puerta. Eso es lo que lo hizo aún más surrealista», dijo Seiler sobre la reunión.
El impacto que el cachorro ha tenido en la vida de estas mujeres ha sido bastante importante. Desde su desaparición no solo lo habían buscado, sino que ellas mismas se convirtieron en rescatistas y crearon su propio refugio en Waterloo llamado «Canine Haven».
Ese momento de dolor las impulsó a luchar por una buena causa.
Seiler y Kailey han sido testigos de diferentes reencuentros y ahora la vida les ha concedido protagonizar su propia historia de reunión familiar, tras casi una década sin abrazar a su peludito.
El bello Kemo está feliz de haber vuelto a su hogar.
Este caso fue compartido en la página de Facebook de FWACC con el fin de ayudar a inspirar a otros dueños para que nunca pierdan la esperanzar. Y, además, para enseñar a todos sobre la importancia de los microchips en mascotas, porque tal como mencionó la presidenta de la organización Pasquinelli, esta «es una forma permanente de identificación que nunca se caerá, se perderá ni se eliminará».
Siempre hay posibilidad de otro abrazo, así que no hay por qué la toalla pues ¡los milagros sí existen!