Skye es un pequeño caballo que comenzó su vida de una forma muy complicada. Cuando su mamá estaba embarazada de él, nadie se dio cuenta porque la pobre yegua se veía muy demacrada y mal de salud. Ella fue rescatada de una subasta de caballos en Pennsylvania.
Aunque la pobre era solo piel y huesos, sus hermosos ojos azules captaron la atención de su salvadora.
La mujer que rescató a Ruby la llevó a la granja Thornbury Farm Stables. Penny Parker, la gerente del lugar, comenzó a rehabilitar lentamente a la yegua. Por supuesto, fue una tarea sumamente delicada y difícil. Ruby fue abusada antes de que la rescataran de la subasta. No confiaba en los humanos, entonces no dejaba que nadie se le acerque… Con toda la razón.
Con el pasar del tiempo, Parker notaba que Ruby estaba recuperando la confianza y sanando sus heridas. Llamaron al veterinario para que la examinara y resulta que estaba embarazada desde hacía varios meses. Tuvo un pequeño bebé llamado Skye… ¡Qué alegría!
Todos se enamoraron rápidamente del adorable caballito, excepto su mamá. No lo protegía de nada, no lo amamantaba y hasta se puso violenta con él. Turner sabía que tenía que actuar rápido para que el pequeño sobreviviera. Incluso mientras estaba sedada, le daba patadas y lo rechazaba. ¡Pobre pequeño!
La temperatura del lugar comenzaba a bajar mucho, Parker tuvo que llevarse al pequeño caballito a su casa. La pareja lo dejó en un colchón, arropado con las sábanas. El pequeño finalmente pudo acurrucarse entre humanos. Le daban el alimento que necesitaba con un biberón.
Aunque la pareja se quedó con el caballo y le dio muchos cuidados, el pequeño no estaba recibiendo suficientes nutrientes. Casi nada puede suplantar el alimento de la madre. Necesitaba una transfusión de sangre para subir los niveles de colesterol. Parker sabía que necesitaba una madre o no sobreviviría.
Lucy, una yegua de carrera ya retirada, llegó al rescate. Ya tenía experiencia como mamá adoptiva, lo hizo en una oportunidad con otro bebé rechazado y todo salió muy bien. Afortunadamente, ella y Skye congeniaron de inmediato. Son adorables… Lo acompaña mientras duerme, juega con él, corren juntos. Llevan una vida de madre e hijo.
Gracias a la maravillosa ayuda de las personas que lo rescataron y por supuesto a su linda mamá adoptiva, este chico pudo salvarse y llevar una vida normal. Seguro crecerá y se convertirá en un hermoso caballo sano y saludable. ¿Quieres enterarte del progreso en la salud de Skye? Puedes visitar la página de Thornbury Farm Stables.
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