Seguramente has escuchado hablar de osos que se bañan en ríos, lagunas, e incluso playas. Pero de lo que nunca se había escuchado, ni mucho menos visto, es de osos tomando un gran baño relajante en una bañera como lo haría un humano.
Hannah Elizabeth Strickland y su novio estaban disfrutando de un hermoso viaje de pareja contemplando las maravillas de la madre naturaleza, para ello alquilaron una pequeña cabaña en la zona rural de Tennessee. Lo que nunca se imaginaron es que no eran los únicos que necesitaban un descanso y relajar su cuerpo.
Un pequeño oso disfrutaba del mejor baño de su vida.
Cuando la pareja estaba descansando en el interior de la cabaña, después de disfrutar la bañera de hidromasaje, se dieron cuenta que no estaban solos. Al mirar alrededor notaron que un grupo de pequeños peludos se acercaban al lugar que minutos antes ellos habían utilizado.
“Vi a un oso caminando por la esquina de nuestro porche. Corrimos a las ventanas de la habitación y encontramos tres cachorros”.
Uno de los cachorros notó que había un lugar ideal para refrescarse, así que se dirigió a la bañera dejando claras sus intenciones. La pareja estaba muy sorprendida y contemplaban la escena desde la ventana, vieron deslizar al pequeño oso dentro de las tibias aguas de la bañera, cerrando los ojos. Al igual que una persona, toda la tensión del osito parecía desaparecer con el relajante baño.
Todos merecemos de un lugar ideal para poner en orden nuestros pensamientos.
Entre el miedo, la sorpresa y las risas la pareja contemplaban al tierno oso disfrutando del baño imaginando que todos por un momento compartían una cálida bañera. El oso disfrutó de unos minutos de relajación extrema hasta sentirse totalmente saciado.
El oso parecía más relajado y feliz.
Solo él pudo disfrutar de la bañera de hidromasajes, cuando sintió que era suficiente salió al encuentro con el resto de su familia. Stricklan y su pareja no podían creer que lo estaban viendo, menos mal lograron capturar algunas imágenes para poder mostrar tan increíble escena. Cuando vieron que la zona estaba libre de osos, la pareja salió y tapó la bañera para evitar que volviera a disfrutar de un delicioso baño.
El oso pensó compartir con sus amigos la gran bañera pero ya era tarde.
Para mayor sorpresa, el oso regresó con sus amigos pero se marcharon al ver que algo había cambiado en la bañera. La pareja no culpa al oso de querer disfrutar de un baño de relajación, después de recorrer el bosque es lo menos que se merece. Afortunadamente la pareja actuó con prudencia, y todos terminaron el día feliz de haber disfrutado de un gran baño.
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