Vinicius Carleto vive en Brasil y tiene un papá que siempre se ha mostrado reacio ante la idea de tener mascotas. Sin embargo, conoció a un perrito llamado Pitoco que se robó su corazón, así que decidió que haría todo lo posible para que sus padres lo aceptaran en la casa, y así poder adoptarlo.
El padre de Vinicius actualmente tiene 65 años de edad.
Desde el primer momento, sus padres mostraron una negativa rotunda ante la idea de llevar un perro para la casa, pero Carleto estaba dispuesto a intentarlo todo. Un día, convenció a su mamá para que fuera a conocer al perrito con él, y después de sólo pasar unos minutos junto al adorable Pitoco, la mamá cayó rendida ante sus encantos.
En portugués coloquial Pitoco significa pequeño.
El padre de Carleto no sería tan fácil de hacer cambiar de opinión; pero como su esposa se había cambiado al equipo en pro de la adopción de Pitoco, el señor no pudo más que aceptar su derrota y aceptar al nuevo miembro de la familia. Carleto llevó a Pitoco y se emocionó por la nueva vida que podrían darle, pero siempre se preocupó porque sabía que la interacción entre su padre y el perrito no sería nada sencilla.
«Mi papa es viejo y peleón. Siempre está refunfuñando».
Por suerte, esta tensión no duró prácticamente nada. En cuestión de tan sólo días, el encantador Pitoco logró lo que todos creían imposible: se ganó el corazón del papá de Carleto a niveles que nadie se habría imaginado. El carácter siempre tan severo del hombre cedió ante los cariños y mimos del pequeño perrito.
“Cada vez que mi papá llegaba estresado del trabajo, lograba distraerse con Pitoco y así dejaba atrás el estrés«.
Pitoco, en efecto, demostró que sería capaz de conquistar al duro hombre que durante años aseguró que no quería tener nada que ver con ningún tipo de perro. Y no sólo eso, sino que además lo convirtió en el miembro de la familia con el que el perrito entabló la conexión más especial y amorosa.
«Hubo un día en que llegué a casa y los vi jugando en el jardín. Estaban corriendo felices. Jamás pensé que eso fuera posible”.
Como prueba de este gran amor que existe ahora entre los dos amigos, el papá de Carleto se mandó a hacer camisetas especiales para él y Pitoco. La suya tiene impresa la cara del dulce perrito, y la de Pitoco tiene la cara del señor que a pesar de todos sus esfuerzos, sucumbió ante sus encantos.
Estudios demuestran que las personas son más amistosas en presencia de un perro.
Sin duda, traer un amoroso perrito como un nuevo miembro de la familia, no hace más que producir mucha felicidad para todos los integrantes.
Te invitamos a compartir esta particular historia de amor en donde el padre de Carleto no pudo resistirse al efecto Pitoco.