Un amoroso padre enfermo vivió durante años con el dolor de no poder complacer a su pequeña.
Ella rogó tener un perrito, pero al hombre con las justas le alcanzaba para sacar adelante a su familia y pagar sus medicinas por la epilepsia severa que padecía.
Y aunque no podía trabajar por su condición, ahorró lo más que pudo, hasta que cuando su hija cumplió 10 años, quiso cumplir su sueño.
El padre finalmente le compraría a su hija la mascota que tanto soñó con los ahorros de toda su vida
Fue el pasado viernes, cuando Richard Gray, de Fife, Escocia, de 27 años de edad, vio un anuncio en el sitio web Gumtree. Se trataba de un vídeo que mostraba cachorros border collie, que parecían llenos de vida, y realmente adorables.
Cuando se comunicó con la vendedora, una mujer de unos 30 años con acento irlandés, le dijo que él iría a buscar el perro el lunes, pero ella insistió en que la venta debía hacerse cuanto antes.
Sería ella quien se acercaría a su casa y quería el dinero en efectivo. Algo que ya le sonó muy extraño a Gray.
Los cachorros del anuncio lucían sanos, juguetones y adorables
Fue entonces cuando comenzó la peor pesadilla, que ahora el pobre hombre recuerda sin poder contener las lágrimas.
«Me quitó el dinero de las manos y prácticamente tiró el perro antes de regresar a paso acelerado a su coche. Allí supe de inmediato que había un problema», relata el padre.
Pagó 1.400 dólares por un cachorrito que parecía lleno de vida, al que llamó Bear
Cuando Gray ingresó a su casa y trató de bajarlo al suelo, descubrió algo terrible: «No podía pararse. Simplemente se tiró al suelo».
Y entonces recuerda el momento más doloroso que no podrá olvidar jamás :
«No me miró, sino que miró a través de mí… Fue absolutamente horrible».
Era como si tuviera la mirada perdida, definitivamente algo muy malo le pasaba
Inmediatamente, trató de alimentar al cachorrito a través de un pequeño tubo, sin éxito alguno.
Cuando Bear simplemente cerró sus mandíbulas como dando señales de su grave estado, el padre pidió ayuda urgente a un veterinario. Pero tristemente, no había nada que hacer, y falleció de parvovirus.
Bear murió 6 horas después de llegar a su nuevo hogar en brazos de su padre
«Sabía que Bear iba a morir, así que lo puse lo más cómodo que pude y a la media noche, poco más de seis horas después de que la mujer me lo entregó, respiró por última vez y murió en mis brazos», revela desconsolado.
El devastado padre procedió a envolver a Bear, lo metió en una caja con un juguete que le había comprado y lo llevó a la mañana siguiente al veterinario para que lo incinerara.
Después, el centro veterinario donde fue atendido, el Kingdom Veterinary Center, entregó el caso a la Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales (SPCA) escocesa para que levantaran una investigación.
Tanto para la pequeña como para su padre, fue una de las experiencias más duras a las que se habían enfrentado jamás.
Confiesa que no sabía lo que podía haber detrás de la compra de un perro, pero ahora quiere compartir su historia para crear conciencia sobre por qué definitivamente debemos adoptar. Un amigo no se compra; se rescata, se encuentra, o se conoce en el camino. Un perro no es un juguete.
Que esta triste historia sirva para que la gente tome conciencia que comprar un perro en circunstancias así no es más que apoyar a esta gente tan desalmada que se lucra de los animalitos de la peor forma. ¡Basta ya!