En Victoria, Australia una granja de ovejas fue terriblemente atacada por una jauría de perros salvajes que ingresaron y causaron una significante baja en los rebaños. Sin embargo, una linda oveja llamada Elmina, demostró su enorme instinto maternal y arriesgó su vida dispuesta a hacerlo todo para que los perros no tocaran a su bebé.
Los perros salvajes de Australia son considerados como un punto intermedio entre la evolución de un lobo a un perro.
Cuando los perros se acercan a Elmina y a Razili, su bebé, ya habían acabado con gran parte de las ovejas del rebaño. Elmina se desesperó ante la idea de perder tan brutalmente a su pequeña cría. A pesar de que los perros la superaban en número, la oveja los enfrentó y se interpuso entre ellos y Razili.
“Sus patadas y empujones nada podían hacer en contra de los feroces dientes de los perros. La mutilaron brutalmente”.
Los perros se abalanzaron sobre ella y le causaron muchas heridas en todo su cuerpo, pero milagrosamente la dulce oveja logró sobrevivir. Y lo mejor de todo es que logró cumplir con su cometido, su pequeña cría se encontraba en perfecto estado de salud y no había sufrido un solo rasguño.
Los perros salvajes australianos suelen ser solitarios, pero se reúnen en grupos de diez ejemplares para cazar.
Sin embargo, las heridas de la pobre Elmina eran terribles y cuando sus dueños la encontraron en el suelo, sangrando sin parar, pensaron que lo mejor para la oveja sería sacrificarla para que no sufriera más. Por suerte, un vecino de los dueños se encontraba por allí y les aconsejó que antes de sacrificarla consultaran con la Fundación Victoria Lamb Rescue, para ver si la dedicada madre tenía alguna oportunidad de salvarse y disfrutar junto a su cría.
Los perros salvajes de Australia pueden incluso cazar animales grandes como los canguros.
La gente de la fundación llegó de inmediato y quedaron muy sorprendidos cuando vieron el horrible estado en que se encontraba la pobre oveja:
“Ella tenía parches de lana que le faltaban y no paraba de sangrar”
La trasladaron rápidamente a Emergencias para poder operarla y cerrar sus enormes heridas, pero se trataba de una operación de alto riesgo para el debilitado animal. Los rescatistas decidieron llevar también consigo a la cría, para que Elmina se sintiera apoyada en todo momento.
“Pusimos a su bebé en la camilla de al lado. Durante la operación hubo algunos momentos en los que Elmina parecía desmayarse y pensamos que la perderíamos, pero cuando su bebé se movía ella retomaba las fuerzas y continuaba con nosotros”.
Una semana después de la operación, Elmina ya podía mantenerse en pie por sí misma, y por supuesto, seguía sin separarse de su amada cría.
Esta dulce oveja demostró ser una verdadera luchadora y ser capaz de darlo todo para salvar la vida de su bebé. Esperamos que ahora pueda recuperarse y vivir tranquilamente con su pequeña.
Te invitamos a compartir este impresionante acto de amor que demuestra todo lo que una madre puede hacer por sus bebés.