Si hay algo que hace a los perritos maravillosos es su capacidad de convertirlo todo en un juguete. Siempre nos sacan la mejor de las sonrisas con sus inagotables ganas de jugar.
Esto es lo que siempre ha caracterizado a Charlie, un hermoso perrito labrador. Durante un paseo, el gracioso peludo llevó las cosas un poco más lejos de lo esperado y dejó a la paseadora en medio de risas y hasta con un poco de vergüenza.
Charlie estaba paseando en las afueras de Chesterfield, en Inglaterra.
Klara Robson es una dedicada paseadora que se lleva de maravilla con todos los peludos que conoce. Cada vez que los dueños de Charlie se encuentran muy ocupados para llevarlo al parque, ella llega para salvar el día. Esto resulta fenomenal para permitir que los peludos realicen un poco de ejercicio y disfruten del aire libre.
«Charlie es todo un personaje y tiene mucha energía», aseguró Klara.
Sin embargo, ese día Charlie disfrutó con un juguete que no está precisamente diseñado para perritos.
Klara vio que Charlie había encontrado un “tronco” para jugar y hasta lo felicitó por lo sucedido. En ese momento, la contactó el dueño del perrito para verificar que todo estuviera en orden y Klara no dudó en enviarle una imagen de Charlie con su juguete.
“Desde lejos parecía un tronco. No me había dado cuenta de lo que realmente era”, dijo Klara.
Minutos después, cuando hizo zoom en la fotografía, se dio cuenta de que había enviado una imagen del perrito sosteniendo nada menos que un juguete para adultos.
El labrador estaba jugando por todo el parque sosteniendo un juguete sexual. Lo más gracioso era que parecía demasiado orgulloso de su descubrimiento y lo mostraba una y otra vez a Klara, pero se negaba a soltarlo.
“Él se estaba divirtiendo a lo grande. Creo que pensó que otro perro había perdido su juguete y él lo había encontrado. No paraba de saltar de alegría”, dijo Klara.
En medio de risas y nervios, la paseadora intentó quitárselo pero no fue tarea sencilla. Tuvo que perseguir a Charlie mientras él meneaba su colita. Estaba seguro de que era un juego muy divertido.
Cuando Klara logró quitárselo lo lanzó lejos con la esperanza de que Charlie no lo encontrara, pero él siguió tomándolo todo como un juego y no tardaba más que un par de segundos en encontrarlo.
Klara tuvo que luchar para quitarle el juegue a Charlie durante 15 minutos.
Por si fuese poco, otro perrito llegó e intentó robar a Charlie su juguete. Después de muchos intentos, Klara logró retomar el control de la situación y enterró el juguete en el fondo de una zanja.
Las imágenes del gracioso Charlie no tardaron en causar todo tipo de bromas. Lo más importante es que él disfrutó al máximo de su paseo y nos ha regalado a todos una anécdota maravillosa. ¡Comparte!