En un lugar remoto de la Costa de la Columbia Británica de Canadá había una manada de ballenas que se encontraba cazando focas, lamentablemente una de ellas hizo un movimiento errado y quedó atorada entre las rocas. El animal se encontraba en un sufrimiento tan evidente que podía escucharse su llanto entre los sonidos que hacía…
Un grupo de voluntarios de la localidad la encontró y afortunadamente lograron rescatarla, pero contaron que antes de eso el equipo estuvo intentándolo durante ocho horas. «Lloraba mucho, eso era un tormento en nuestras cabezas, cuando por fin logramos liberarla fue muy emocionante», escribió un integrante de The Cetacean Lab.
En la mañana recibieron la llamada de un colega que les avisó sobre la orca extraviada, que se quedó allí prisionera de unas rocas en la marea baja. «Decidimos que lo mejor era mantenerla a buena temperatura, así que pusimos agua en su cuerpo y usamos sábanas y cobijas«, contó Hermann Meuter, co-fundador del Cetacean Lab. «Era lo único que podíamos hacer en ese momento».
También contó que el comportamiento de la orca fue cambiando a medida que empezaron a ayudarla. «Primero estaba muy estresada, se podía notar en su respiración apresurada. Pero después de unos 15 ó 20 minutos se empezó a calmar. Creo que entendió que estábamos allí con la mejor intención de ayudarla«, continuó contando. Tiene sentido que así sea, porque estos animales son muy inteligentes.
Alrededor de las 4 de la tarde la marea empezó a subir y la orca pudo liberarse poco a poco. «Le tomó unos 45 minutos moverse e ir decidiendo cuál era la mejor forma de salirse de entre las rocas. En ese momento todos tomamos una distancia prudencial para que se sintiera cómoda». Cuando nadó lejos, la orca se reunió con su manada, que no se encontraba tan lejos.
Hermann comentó que varios miembros de la World Wildlife Fund y otros voluntarios se encontraban en la locación para apoyar en el rescate de la orca. «Todos estábamos preocupados por la ballena, tuvimos mucha suerte de estar allí para darle otra oportunidad«.
Lo que dijo Hermann es muy importante y no podemos dejar que pase desapercibido, son ellos quienes tuvieron la suerte de encontrarse con la orca y no al revés. Por supuesto, es un animal afortunado y recibió una ayuda invaluable, pero aquellos que la ayudaron saben realmente lo maravillosas que son las ballenas y lo importante que es el ecosistema de la vida marina, por eso sus acciones los benefician a ellos, deben tener una satisfacción personal muy hermosa por lo que hicieron.
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