Un incendio forestal es un acontecimiento bastante lamentable y peligroso pues significa la muerte para las criaturas que viven en la zona, además una contundente sentencia para la flora de la zona. Por eso, el grupo de colaboradores de la International Animal Rescue (IAR) y la Agencia de Conservación de West Kalimantan (BKSDA) hicieron todo lo posible al enterarse de un incendio en la selva al oeste de Kalimantan, en Indonesia.
Todos luchaban por apagar las llamas y salvar la vida de tantas especies afectadas pero un evento especial los sensibilizó aún más.
Uno de los voluntarios se percató de la presencia de un par de orangutanes de unos 20 años que se aferraban con todas sus fuerzas a dos árboles que las llamas no habían alcanzado, para poder salvar sus vidas.
Los hombres supieron de inmediato que debían actuar pues lo árboles se desplomarían en cualquier momento.
Frente a la situación el equipo actuó rápido y utilizaron unos dardos para hacer que los orangutanes cayeran y poder atraparlos, de otro modo las criaturas no bajarían por su cuenta. Los pobres estaban aterrados.
«Los orangutanes fueron lanzados y tranquilizados. Nuestro equipo los atrapó en una red cuando cayeron del árbol. ¡Esto requiere gran precisión y habilidad! «, dijo Phily Kennington, gerente de redes sociales y recaudación de fondos de la comunidad para IAR.
Una vez los orangutanes fueron atrapados, el equipo procedió a trasladarlos en camiones al centro de rescate y rehabilitación de IAR para que pudieran chequear la condición de cada uno y brindarles atención médica.
Por fortuna, ni Bara ni Arang, como decidieron llamarlos, sufrieron lesiones graves por el incendio.
Los chicos están recibiendo los cuidados necesarios y apenas estén totalmente recuperados serán liberados en una selva protegida del Parque Nacional Gunung Palung.
Sus rescatistas comprenden que se trata de animales salvajes que están acostumbrados a su habitad natural y, como no requieren ninguna atención especial como consecuencia del incendio, están seguros de que podrán cuidarse en su ambiente.
Tal como los chicos lo habían hecho antes del incendio.
Por fortuna, los rescatistas llegaron a tiempo pues la historia de los orangutanes pudo haber sido trágica. Sin embargo, es una pena toda la devastación y las otras vidas que se perdieron producto del fuego y más triste aún saber que fue provocado por la mano del hombre y su ambición.
Estas personas actúan como héroes para salvar las vidas de los animales que otros se encargan de vulnerar.
Es sabido por las autoridades que la mayoría de los incendios que se han producido en Kalimantan occidental, han sido causados por personas que se dedican a “limpiar” los bosques con fuegos para obtener aceite de palma. Mientras este negocio continúa la selva arde y con ella la vida de diversas especies, así que los rescatistas no piensan detenerse en su gran misión: salvar más vidas como las de Bara y Arang.
Por favor comparte esta nota, quizás los rostros de estos indefensos orangutanes nos ayuden a crear conciencia. ¡Basta de deforestación y ecocidios!