Quienes tienen mascotas saben lo importantes que estas criaturas pueden llegar a ser en sus vidas, por eso cuando enferman o desaparecen causan una gran tristeza. Esto lo ha experimentado una familia de Saskatchewan, Canadá, que por más de 27 días no tenía ni pista del paradero de su amado perro Bruno.
John y Cindy Billesberger son los responsables del perrito labrador y durante casi un mes estuvieron en una búsqueda desesperada por encontrarlo.
Los preocupados dueños no sabían qué hacer para hallar a Bruno, después de que el perro no volviera a casa tras una tarde de juegos.
Mientras pasaban los días la angustia era mayor, hasta que los Billesberger parecían haberse resignado a lo peor. Pensaron que nunca más verían a Bruno.
Lo que no podían imaginar es que el amado Bruno estaba luchando por su vida en un lugar más cercano de lo que ellos pensaban.
Tras 27 días sin el labrador, John salió de casa a pasear a sus otros canes cuando uno de ellos mostró una actitud bastante sospechosa. El perro se alejó del grupo y comenzó a ladrar en un área en especial, así que John decidió ir a investigar.
En el lugar había un hueco de más de 3 metros de profundidad y una criatura agonizante en el fondo.
Con gran tristeza el hombre descubrió que se trataba de su amado Bruno, durante todos esos días fuera de casa el perrito había estado atrapado en el pozo sin poder salir.
John llamó a su hijo para que lo ayudara y utilizando una cuerda logró bajar al lugar para poder rescatar a su mascota.
El labrador estaba exhausto y evidentemente débil. Sus patas también tenían algunas lesiones.
Bruno había intentado salir del lugar por sus propios medios, lastimándose así en diferentes áreas de su cuerpo. El labrador tenía algunos cortes, contunsiones y había perdido las almohadillas de sus patas.
Después de rescatarlo, John lo llevó al veterinario más cercano. En el lugar le dieron suero vía intravenosa para hidratarlo.
Bruno estaba deshidratado y desnutrido pero además tenía un cuadro anémico y de ansiedad por el calvario que había pasado.
Los médicos explicaron que a pesar de todo el chico había tenido suerte de que en el antiguo pozo hubiese algo de agua porque de no haber sido así el desenlace hubiese sido fatal.
La familia explicó nunca antes haber visto ese pozo en el lugar pero gracias al buen olfato de su otro perro pudieron dar con Bruno. Ahora, el perrito ha vuelto a casa junto a sus padres y sus demás hermanos caninos y desde allí se planea continuar con su recuperación.
¡Comparte esta historia y alerta a tus amigos!, es importante que nuestras mascotas no salgan a pasear sin nuestra supervisión.