Un indefenso burro pasó horas de terror, después de que la negligencia de algún humano casi le cuesta la vida. El asno desprevenido no supo ni cómo sucedió pero desafortunadamente al pasear por una zona poco poblada cayó dentro de un pozo que se encontraba descubierto.
Por fortuna el pozo no era muy profundo, sin embargo el estrecho lugar imposibilitaba el movimiento de la criatura y cualquier intento por salir de allí por sus propios medios era prácticamente nulo.
El burrito sólo podía mirar al cielo.
El pobre animal quedó con su carita hacia arriba, sólo mirando al cielo y con la esperanza de que alguien pudiese ayudarlo.
Afortunadamente, el milagro ocurrió, gracias a los activistas de Animal Rahat, una fundación en la India que desde el 2003 ayuda a los animales más maltratados en el país y por los que casi nadie se preocupa: los bueyes, burros, caballos, ponis y otros animales de trabajo.
Todos se unieron para ayudarlo.
Los voluntarios procedieron a realizar el rescate después de que se percataran de la inesperada situación. Del pozo sobresalía una parte de la cabeza de la criatura y sus lamentaciones advirtieron el peligro.
«Los miembros del personal de Animal Rahat estaban haciendo sus rondas, alimentando a los animales hambrientos y buscando a otros en problemas, cuando vieron la cabeza de este burro atrapado que sobresalía del pozo y corrieron para ayudarlo. ¡Quién sabe cuánto tiempo había estado atrapado allí!», relató la organización en su página web.
Inevitablemente el burro sufrió algunas lesiones.
La criatura estaba muy nerviosa y adolorida, pues sus patas y piel se lastimaban contra los muros cada vez que intentaba moverse. Los voluntarios no dudaron en actuar y con ayuda de algunas herramientas comenzaron a empujar al burro entre todos para sacarlo del atasco.
“No podía moverse, así que no tenía más remedio que mirar fijamente al cielo y esperar que alguien viniera a su rescate, y lo hicieron”, comentaron.
El veterinario lo atendió con sumo cuidado.
Apenas lograron sacarlo del agujero, el burro recibió atención médica para cerciorarse de que no había sufrido ninguna lesión de gravedad.
“El equipo de rescate trabajó rápida y cuidadosamente para sacar al burro exhausto del agujero. Le dieron un analgésico, trataron las heridas leves que había sufrido por la caída y le ofrecieron un bocadillo de bienvenida con azúcar morena, un dulce hecho con caña de azúcar que adoran los burros”, explicaron.
No podían permitir que más criaturas cayeran en el pozo.
Después de que había pasado el peligro, los rescatista buscaron una lámina de concreto para sellar el agujero y evitar que otras criaturas pasen por el dolor que debió enfrentar este burro.
La negligencia de los humanos puede poner en peligro tantas vidas sin ni siquiera ser consciente de ellos, pero estos accidentes pasan y no solo los animales pueden enfrentarse a estos peligros.
Toda criatura merece nuestra ayuda y alegra saber que hay organizaciones que también se encargan de los animales por los que quizás otros no se preocupa, comparte esta historia y envíales tu agradecimiento por este rescate.