Meatball es un hermoso perrito pitbull con la mejor sonrisa del mundo. Fue rescatado después de pasar muchos años difíciles y en el refugio esperó durante largos meses con la ilusión de que alguien le diera una oportunidad. Decenas de familias pasaban de largo sin tomarlo en cuenta y todo por ser un pitbull.
Cuando Meatball llegó al refugió tenía algunos problemas de comportamiento y no sabía socializar.
Muchas personas juzgan terriblemente a los peluditos de esta raza cuando la verdad es que han sido los humanos los responsables de darles tratos muy injustos y dolorosos.
Por suerte, el destino le tenía deparado algo maravilloso a Meatball. Un día, una pareja se topó con su foto en las redes y quedaron completamente enamorados.
Meatball fue rescatado en California, Estados Unidos.
Lisa siempre ha adorado a los perritos pitbull y unos meses atrás había tenido que despedirse de una de sus mascotas. En cuanto vio la tímida sonrisa de esta hermosa perrita, le recordó a su vieja amiga.
La conexión fue instantánea y supo que tenía que hacer algo para ayudarla y darle la oportunidad de conocer el amor de una familia.
Más de 150 mil personas siguen a Meatball en las redes sociales.
No lo pensaron más y acudieron a Fresno Bully Rescue para formalizar la adopción. El hermoso Meatball era todavía muy tímido pero parecía comprender que le habían salvado la vida. Desde entonces no dejó de mostrar su tierna sonrisa.
“Es un perrito de mamá. Le gusta estar conmigo todo el tiempo. Es imposible tener un mal día si lo tienes a tu lado”, dijo Lisa.
En casa, Meatball conoció a sus hermanos perrunos. Ricardo Tubbs y Punky son otros dos pitbulls rescatados. Dappe y Bitty son unos traviesos perritos salchicha. Era una familia realmente grande pero en cuestión de días, Meatball ya se llevaba de maravilla con todos.
“Lo llamamos Meatball porque parece una bolita de carne. Es muy pequeño y siempre está a tu lado dando vueltas y pidiendo amor”, explicó Lisa.
Ahora, este hermoso perrito no hace más que pedir golosinas y posar para fotografías junto a sus padres. Sus duros días en la calle son cosa del pasado y ahora se dedica a disfrutar al máximo de todo el amor que recibe en casa. Es sumamente tranquilo y pasa sus días comiendo y tomando la siesta.
En ocasiones Meaty acompaña a su papá al trabajo para ayudarlo en sus labores como policía.
Meatball es una muestra más de lo injusto que es tener prejuicios contra cualquier raza de perritos. Los animales son seres llenos de amor y merecen todo el cariño del mundo.
Es una suerte saber que encontró una familia y que nunca más volverá a sufrir en las calles. Comparte la hermosa sonrisa de esta peludo que recibió la oportunidad de ser protegido y amado que tanto merecía.