Aunque para aquellos que no tienen mascotas es fácil creer que los animalitos son incapaces de comprender lo que sucede a su alrededor, la verdad es bastante diferente. Criaturas como los perritos, por ejemplo, no sólo son capaces de comprender ciertas situaciones, sino que recuerdan vívidamente algunos episodios de su historia.
De tal modo le ocurre a George, un perro que no para de abrazar a su humanas desde que fue rescatado.
El can no ha logrado superar el cruel pasado que le tocó vivir.
Este amiguito orejas graciosas de Georgia (Estados Unidos), vivía en un terreno de casas rodantes junto a su familia, pero cuando estas personas fueron desalojadas del lugar lo dejaron de lado junto a otros veinte canes más.
El dueño del lote no podía hacerse cargo de ellos, así que llamó al refugio local para que resolviera el futuro de la jauría de perros.
A los peludos les aguardaba un cruel destino.
Lastimosamente, en el lugar no había espacio para tantos animalitos y el director dio la orden de que los sacrificaran. George se salvó gracias a su carisma, pues logró ganarse el aprecio de uno de los guardias de Control Animal.
El resto de sus compañeros no corrió con la misma suerte.
Mientras esto ocurría, al otro lado del estado una mujer luchaba por reponerse muerte de su perrito más pequeño.
Se trataba de Jami Croslow, una mujer de Raleigh, en Carolina del Norte. Cuando la mujer vio fotos de George a través de las redes sociales quedó flechada de inmediato.
Algo en el animalito despertó en ella un gran amor.
Jami vivía con su otro perrito llamado Jack y que había sido adoptado de un refugio en la isla de Guam en el 2004.
Jami contactó a la mujer que publicó las fotos del peludo en Facebook y decidió adoptarlo, incluso sin conocerlo personalmente.
El perro la había flechado.
“Solo tenían un par de fotos de él, pero parecía una mezcla de tipo corgi, lo que realmente me gusta porque todos los perros que he tenido en el pasado han sido corgis o mezclas de corgi. Conocí a la mujer que tenía a George y ella abrió su camioneta y él no se parecía en nada a un corgi galés. Me sentí como si me hubieran pescado un gato, un perro me había pescado”, explicó Croslow.
Aunque el peludo no resultó ser como esperaba, esas orejitas graciosas y gran corazón la flecharon de inmediato.
Jami llevó a George a casa y desde entonces no han podido separarse. Resulta que el pequeño no puede dormir si no es al lado de su mami y como la mujer conoce tan bien su historia se lo permite.
«George es la criatura más acurrucadora que he conocido. Su posición de sueño favorita es cucharita cara a cara. A él realmente le gusta si estamos de nariz a nariz, lo que no puedo hacer, porque necesito respirar, por lo que generalmente dormirá con su nariz acariciando mi cuello».
Así de juntita duerme esta parejita.
Jami siente que la soledad aún le resulta algo aterrador al peludito y le permite dormir en su camita sin ningún problema. Hace un año que estos chicos están juntos y el can también la ha ayudado a superar episodios traumáticos como la pérdida de su trabajo y una ruptura amorosa.
Parece que este perrito estaba destinado a sobrevivir para ser la gran compañía de su dueña, comparte su inspiradora historia y conmueve a tus amigos como nos hemos conmovidos nosotros.