También para una niña, el perro es su mejor amigo. Nada puede detenerla cuando se trata de salvarle la vida a su compañero fiel. Camina en la nieve, bajo el frío intenso con su fiel compañero, su confidente silencioso a cuestas. Se trata de Cemre, una dulce y abnegada pequeñita.
La niña con su perrito a cuestas solo tenía en mente ayudar a su perrito a sanar.
La niña de tan solo 9 años de edad no dudó en cargar a su perro sobre su espalda y caminó sobre la nieve varios kilómetros, solo para llevarlo al veterinario. Y es que, este animal es quien vela por su seguridad y su defensor a ultranza.
Estaba muy preocupada
Por eso, el vínculo que se ha establecido entre Cemre y su mascota Pamuk es tan grande, que no es posible describirlo solo con palabras.
Pamuk vive junto a Cemre en la localidad de Düzpelit, un pueblito de Turquía donde no existen veterinarias. Pamuk necesitaba con urgencia de atención médica, de modo que la niña se vio obligada a realizar la ardua travesía hasta İkizce.
Tan solo en esta ciudad central de la provincia, Cemre podría solicitar la ayuda que tanto requería para su animalito. Rápidamente, las imágenes de estos grandes amigos se volvieron virales en todas las plataformas digitales del planeta.
Y es que, desde hacía unos días, Pamuk se encontraba muy mal, y Cemre, por supuesto, muy preocupada. El canino no podía dejar de rascarse y, si bien no era un caso demasiado grave, ella sabía que debía llevar a Pamuk, sí o sí a un buen veterinario.
La niña que caminó y volvería a caminar tan largo trayecto a través de la nieve necesitaba de la opinión de un verdadero especialista en la salud animal. Quería poder quedarse más tranquila.
“El amor entre un perro y un humano es infinito, así lo demuestra esta niña aguerrida y valiente con su perrito a cuestas, rumbo al veterinario”, escribió un usuario para describir las imágenes.
La verdad es que, la empresa fue una tarea titánica, sobre todo para una niña tan pequeña y su perrito. Para colmo de males, en los últimos días la nevada había arreciado en la zona, invadiéndola con su níveo manto.
Sin embargo, como por efecto de un milagro celestial, Cemre se enteró de que Ogün Öztürk, un reconocido veterinario, se encontraba en una granja cercana a la zona. El galeno atendía a otra emergencia médica.
Apareció la ayuda que tanto necesitaba la niña y su animalito
La misma provenía de un establo ganadero que tenía una vaca gravemente enferma. Sin embargo, Öztürk no tenía intención de visitar otro domicilio. Después de revisar a la vaca, comenzó a guardar sus utensilios, listo para marcharse.
No fue sino algunos minutos después cuando el médico logró escuchar la voz de la niña que le decía angustiada “hermano veterinario, ayúdenos”. Se la veía muy ansiosa por saber del destino de su amado Pamuk.
“Escuché una voz a lo lejos que decía: ‘Hermano veterinario’ (…) Cuando los vi por primera vez, quedé muy sorprendido y conmovido”, aseguró el especialista.
Una vez logró llamar la atención de Öztürk, la pequeña le explicó que a su perro algo le picaba constantemente. Añadió que no podía ir al centro del distrito, debido a la cruenta helada caída sobre la región.
De inmediato, el veterinario se puso manos a la obra y examinó a Pamuk. Posteriormente, le administró un desparasitante intramuscular por medio de una inyección. Afortunadamente, Pamuk no tenía algo grave qué lamentar.
El amor de la pequeña a su perrito es incondicional
A pesar de que Cemre intentó pagarle por sus servicios, Öztürk, quien días después, conmovido por el gesto de la niña regresó a la región se negó a aceptar. En cambio, le regaló en esa segunda visita varios juguetes para su hermoso y querido perrito.
A la pareja de grandes amigos ahora se les ha unido el veterinario, a quién le robaron el corazón.
Sin duda, se trata de una historia para aliviar el alma. La pureza del corazón de esta nena nos demuestra, una vez más, que el verdadero amor y la verdadera amistad son eternos. No conocen de obstáculos ni de fronteras a la hora de manifestarse.