A sus 12 años de vida, la pequeña Kylei fue víctima de una terrible enfermedad que amenazaba con acabar con su vida. Sufría de cáncer en los huesos, enfermedad sumamente peligrosa que la tenía sometida a constantes tratamientos que no aseguraban poder salvar su vida.
Sin embargo, la pequeña no perdía la esperanza de recuperarse, por lo que ella decidió pedirle a sus padres un gatito mascota para que la acompañara en el hospital mientras se recuperaba del cáncer que la mantenía allí.
Si bien sus padres no estaban muy seguros, no podían darse el lujo de negarle a su única hija un compañero peludo que le hiciera compañía y que quizás ayudara a que mejorara su salud; por lo que, tras una corta llamada al refugio de animales, Eliza (Liza) se encontraba con su nueva y amorosa dueña.
«He escuchado que los animales son algo parecido a los ángeles. Nunca supe a qué se referían hasta que Liza conoció a Kylei”, dice Robin Myers, madre de la pequeña Kylei que pasó sus últimos días acompañada de su gatita Liza.
Ahora bien, perder a un hijo nunca es algo fácil, es algo devastador incluso; sin embargo, los padres de la pequeña Kiley están seguros de que la presencia de Liza durante el fatal deceso, hizo que todo fuese más llevadero, casi como si hubiese sido una misión divina entregada a la gata, mas su misión aún no había terminado cuando Kiley pasó a mejor vida.
Liza parecía saber exactamente lo que la familia de su dueña parecía necesitar; ya que, al escuchar llorar a Robin, no tardaba en acurrucarse junto a ella para así brindarle consuelo y apoyo moral.
Parecía como si Kiley le hubiese encomendado a su querida mascota cuidar de sus seres queridos cuando ella ya no pudiera hacerlo. Esto resulta especialmente evidente cuando tomamos en cuenta el hecho de que los gatos no se caracterizan especialmente por ser cariñosos o demostrar empatía.
Las mascotas, sin lugar a duda, son una parte vital de nuestra vida, ya que hacen que la misma resulte mucho más agradable y llevadera, incluso si no pensamos necesitarlo, un pequeño compañero peludo siempre hace que nuestros días sean más alegres al brindarnos su amor incondicional y su buen humor permanente.
Así que, si aún no gozas de una mascota en tu vida, no pierdas tiempo y adopta una hoy mismo, no te arrepentirás.
No olvides compartir esta conmovedora historia con tus amigos. Recuérdales que los animales nos pueden acompañar en nuestro dolor.