El problema de los perritos callejeros es una lamentable realidad bastante latente en muchos países. De allí que los esfuerzos de cientos grupos proteccionistas es sacarlos de las calles y darles un hogar donde puedan vivir felices para el resto de sus vidas, tal como se lo merecen. La mayoría de estas criaturas son enviadas a un refugio donde puedan cuidarlos y brindarles un techo provisional hasta que les encuentren su verdadero hogar.
Tristemente, el cuento de hadas de un rescate perfecto y una segunda oportunidad no siempre ocurre.
Son muchos los animalitos que duran por años en estos espacios sin ser adoptado, mientras que otros creen haber encontrado un hogar perfecto y cuando menos esperar las personas se retractan de la adopción.
Algo similar ha experimentado el bóxer atigrado, Rino Litning.
Este amiguito creyó encontrar a su familia perfecta, después de que una pareja casi soñada se interesara por él cuando fueron a conocer a los perritos que estaban en el refugio. En ese momento Rino fue el elegido para irse a casa.
Como es de imaginarse, nuestro compañero no podría estar más feliz pero hubo un hecho que rompió su esperado sueño.
La familia estaba integrada por cuatro niños pequeños, hijos de los nuevos papás humanos de Rino. En un primer instante no hubo ningún tipo de inconveniente y todos estaban felices pero parece que la naturaleza revoltosa de Rino les empezó a preocupar y decidieron tomar una decisión contundente.
Rino volvió al refugio porque sus padres temían que sus juegos bruscos pudiesen ocasionarle alguna lesión a uno de sus hermanos humanos.
Aunque durante meses intentaron “educarlo”, parece que el chico era algo intranquilo así que no vieron otro camino. Sin embargo, los niños se habían encariñado mucho con Rino y de forma especial la hija mejor.
La niña decidió dejar junto al perrito una nostálgica para sus nuevos dueños.
Sólo mira la siguiente secuencia con las bellas palabras de la pequeña.
La niña quería mucho a Rinho así que les hizo saber a las personas del refugio que lo echaría mucho de menos.
Además, la pequeña tuvo una petición muy especial para los futuros dueños de Rino: conservar su nombre «original».
La pequeña se enorgullece de la personalidad de su compañero de aventuras y sólo quiere que todos sepan lo valioso que es.
Las palabras de la niña son muy emotivas, parece que debió aprender muy temprano lo que significa desprenderse de quienes uno ama. Quizás sus papitos debieron tomar más en cuenta eso y hacer un esfuerzo mayor por conservar al perrito, pero sólo ellos pudieron elegir. Esperamos que Rino encuentre pronto ese hogar que tanto ha soñado.
Por favor comparte esta nota y que la historia de Rino sirva para hacer consciencia. Si adoptas haz todo por conservar a tu amigo canino, no los dejes solo.