Entre un torrencial invierno y las medidas de confinamiento por la pandemia, muchos ciudadanos se encuentran prácticamente presos en sus hogares. Incapaces de salir y realizar actividades en el exterior, algunas personas han encontrado pasatiempos bastante beneficiosos.
Un ejemplo claro de esta situación es Nick Greatens, quien desde Minnesota (Estados Unidos) ha convertido su casa en un albergue y taller de producción.
Este hombre descubrió dos grandes pasiones que ha mezclado perfectamente.
Desde hace algunos meses Nick y su pareja decidieron llevar a casa a un par de perritos necesitados que formaban parte Ruff Start Rescue.
Se trata de dos indefensos chihuahuas, Agnarr y Yelena, que habían sufrido de abuso de sus antiguos dueños y estaban aprendiendo a confiar nuevamente en los humanos.
Nick se convirtió en el papá temporal de los chihuahuas.
Su pareja estuvo de acuerdo y hace algunos meses que comenzó esta aventura como padres de turno de Yelena y Agnarr. En esto ha invertido su tiempo esta pareja, aunque nada ha sido fácil.
«Al principio, eran extremadamente tímidos y apenas podíamos tocarlos, pero después de un par de días se abrieron. Ahora parece que nunca tienen suficientes abrazos. A Agnarr le gustaría tocarme cada minuto del día, somos muy unidos», dijo Greatens.
Agnarr era especialmente ansioso, pero ya les tiene completa confianza.
Para estos perritos era necesario encontrar una familia que se interesara por los dos. Los peludos son interdependientes y además están bastante mayores, por lo que la adopción no sería tan sencilla.
“Yelena es una anciana tranquila que sólo quiere dormir. Agnarr es un viejo cascarrabias al que le gusta defender su territorio, pero sólo pesa 3 kilos y tiene un diente sano. No da mucho miedo”, dijo Nick.
Frente al desmotivador panorama, el hombre decidió unir los cuidados de los canes con otro de sus hobbies descubiertos en cuarentena: el crochet.
Nick aún no es un veterano, así que experimentó primero con pequeñas piezas y estas tuvieron como destinatario a sus hijos perrunos.
La fusión de su amor por los canes y el tejido desembocó en algo divertido.
Nick tejió hermosos atuendos para Agnarr y Yelena con el fin de ayudarlos a enamorar pronto a una familia definitiva, además de protegerlos del frío.
“Agnarr es muy delgado y en Minnesota hace frío, más en nuestro apartamento. Así que creo que está agradecido por el suéter. El sombrero, en cambio, no le gusta”, dijo Greatens.
Estos perritos ancianos han tenido una vida bastante difícil pero nadie sospecharía su pasado al verlos tan elegantes y tiernos en sus trajes. “Ahora son los perros mejor vestidos del vecindario”, dijo Greatens.
La divertida idea dio resultado pues, tras meses buscando un hogar, los abuelitos fueron adoptados hace algunas semanas y los trajes tuvieron mucho que ver en este avance.
Ser padre temporal es una gran responsabilidad y Nick se desempeño muy bien, comparte esta divertida historia y que su idea se multiplique ¡Quién diría que la estrategia sería tan efectiva!