Gizmo tenía unas pocas semanas cuando apareció en un hotel en Paphos, Chipre junto con sus hermanitos. Todos estaban muy enfermos. Muy preocupados por la camada, el personal del hotel contactó a Tala Monastery Cats, un santuario local de gatos, para pedirle ayuda.
Los voluntarios se ofrecieron de inmediato a ayudar, especialmente porque algunos de los gatitos tenían un caso grave de infección ocular. Se pusieron a trabajar de inmediato en la salud de los pequeños y en poco tiempo hubo mejoría.
De todos los gatitos, Gizmo era el más saludable
Los ojos de Gizmo estaban mucho mejor que los de sus hermanos. En una semana se recuperó y cobró la energía necesaria para dejar que su personalidad aflorara. Muy pronto los otros gatitos también se pondrían bien y la camada estaría a salvo de las enfermedades.
El pequeño Gizmo demostró ser demasiado agradecido. A pesar de su corta edad, no escatimó en cariño con ninguno de los voluntarios del refugio. Él estaba de verdad decidido a robar el corazón de todos con su amor, sus divertidas travesuras y su ternura.
Gizmo se robó fácilmente el corazón de todos en el refugio
Su personalidad era tan encantadora, que los miembros del refugio lo amaban. Sin embargo, estaban acostumbrándose a la idea de que ese pequeño picarón no estaría mucho tiempo con ellos. Estaban convencidos de que sería el primer gatito de su camada en ser adoptado. No sabían cuánto se equivocaban.
Con mucho asombro vieron cómo, uno por uno, los hermanitos de Gizmo conseguían el hogar perfecto, mientras nuestro encantador minino se quedaba atrás. A la espera de esa familia perfecta transcurrieron tres años y este gatito rescatado no perdió la esperanza.
Él siguió demostrando a voluntarios y visitantes cuán amoroso podía ser. Era evidente que, algún día el destino traería al refugio a su persona indicada, y entonces Gizmo podría marcharse con orgullo al lugar que llamaría su hogar para siempre.
Nunca imaginaron que la persona tan ansiada llegaría de tan lejos. Un día, una joven del Reino Unido llamada Jenny decidió visitar el santuario mientras estaba de vacaciones en Chipre. Estaba allí para ver las instalaciones, cómo cuidaban de cada gatito y de qué forma interactuaban los animales.
Gizmo era uno de los gatos más amados del santuario en Chipre
Entonces, uno de los residentes no pasaría por alto la presencia de la forastera. Gizmo se acercó a ella y comenzó a acariciar sus rodillas. Incluso cuando Jenny quiso ponerse de pie, el gatito se acomodó mejor sobre su regazo. Era evidente que era un pequeño descarado.
Gizmo estaba haciendo lo mejor que sabía hacer: amar a los visitantes y esperar a que lo amaran de vuelta. Cuando Jenny tuvo que irse, fue difícil decirle adiós al niño atigrado.
Desde el primer momento en el que Jenny conoció a Gizmo, él no quiso apartarse de su lado
Sin embargo, Gizmo ya había tocado el corazón de Jenny. Durante el resto de sus vacaciones ella no dejó de pensar en el minino, así que investigó un poco más sobre él en el Instagram del refugio y descubrió con sorpresa que tenía tres años esperando ser adoptado.
Jenny no podía entender por qué nadie lo había adoptado. Claramente tenía mucho amor para dar, así que decidió buscar alguna forma de ayudarlo. Cuando la joven regresó al Reino Unido, un triste acontecimiento estaba esperando por ella.
Su querido gato ciego Bruno falleció de cáncer. Durante las siguientes semanas, mientras Jenny estaba lidiando con su pérdida, continuó siguiendo las actualizaciones del santuario de mascotas en Chipre. Al ver que algunos de los gatos adoptados iban a hogares en el Reino Unido, Jenny inmediatamente pensó en Gizmo.
Ella no quería tener a otro gato tan pronto, luego de que Bruno muriera, pero era evidente que también tenía una conexión especial con Gizmo y no quería perder la oportunidad de hacerlo parte de su vida. Entonces se decidió y escribió al santuario en Chipre para poner la adopción en marcha.
Jenny quería estar justo a su gatito atigrado para siempre
En unas pocas semanas, Gizmo estaba en camino hacia su hogar para siempre para comenzar su nueva vida con su amorosa familia de humanos, gatitos y un perro. Los voluntarios derramaron muchas lágrimas al despedirse de este niño especial, pero estaban muy felices por él.
Jenny lo recogió en el aeropuerto. Tan pronto como subieron al auto, Gizmo se acurrucó en su regazo como si supiera que finalmente estaba en casa. Desde entonces hasta ahora, este gatito amoroso y agradecido no ha dejado de demostrar cuánto amor puede dar a otras personas y animales. ¡Qué suerte que luego de una larga espera, su momento finalmente llegó!
Gizmo fue el último de sus hermanitos en ser adoptado, aunque eso ya no tiene importancia. ¡La felicidad llegó, después de todo!
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