Una mujer declara abiertamente que odia a los perros y, por ello, justifica el envenenarlos, desatando la polémica en las redes sociales y entre los amantes de los animales.
¡Sí! Tal como lees. El hecho ocurrió en Granada, España, cuando Erica Pericacho, quien posee una tienda en esta región española, vio perder la vida a una dulce perrita adoptada: una shar-pei de 7 años llamada Duna.
Desde hace muchos meses, la noble mujer cuidaba de la indefensa perrita, quien se encargó de que recuperara la salud y también de adiestrarla, por lo que ambas se convirtieron en excelentes amigas.
El amor de Erica hacia los animales era tal que, en su tienda, decidió colocar una caja para que los clientes puedan donar alimento para los animales abandonados. Sin embargo, fue precisamente en esta caja que Erica puso con la mejor de las intenciones, donde una inconsciente mujer depositó alimento envenenado para los perros.
Sin la más mínima sospecha de tal acto, Erica ofreció la comida envenenada a su perrita Duna la cual falleció a causa de la sustancia tóxica, frente a la perplejidad y tristeza de ella. Días más tarde, la autora del hecho, no dudó en confesar que efectivamente ella lo había hecho y que era “su derecho, odiar a los animales”.
Erica, que no salía de su asombro, mezclado con el dolor de la reciente pérdida (y todos aquellos que la hemos sufrido alguna vez, sabemos cuánto duele perder una mascota) siguió a la mujer mientras la grababa con su teléfono, pidiéndole explicaciones para el acto tan atroz.
La mujer mientras tanto, lejos de amedrentarse por el hecho de estar siendo grabada, no tuvo ningún reparo en admitir nuevamente que había depositado comida envenenada para que los lindos animales murieran, dado que ella los odia y afirma que tiene derecho de hacerlo.
“Te he puesto comida envenenada para acabar con la vida de los animales, porque odio a los animales y estoy en mi derecho”, fueron las terribles palabras de la mujer.
Si bien este acto ya fue denunciado frente a las distintas organizaciones de protección animal, la indignación de Erica no menguará hasta que ésta y otras personas que cometen malos tratos a los animales comprendan que todos los seres vivos merecen el mismo respeto y que, en definitiva, no representan peligro alguno para los seres humanos sin importar su tamaño, aspecto o raza.
Además, Erica está convencida de que la mujer tiene problemas psicológicos y le preocupa que este sentimiento de odio pueda ser extensivo a los seres humanos en cualquier momento, por lo que la mujer si representa un peligro latente para toda la sociedad.
No queda más que condenar este acto que genera impotencia y una enorme tristeza al mismo tiempo. Si tú también te has sentido indignado y triste, comparte esta historia con tus familiares y amigos, para tomar consciencia sobre los malos tratos hacia los animales.